LOS MATERIALES DEL
PROYECTO LLICIU
Modelo de Plan Lector Integrado universal
Trabajo elaborado en el IES Bernaldo de Quirós
Mieres del Camín (Asturies)
para el CPR del Nalón-Caudal.
ÍNDICE
1. Introducción
2. Objetivos
a corto plazo
3. Objetivos
a largo plazo
4. Directrices generales y
metodológicas
5. Estructura de tareas
6. Condiciones generales para su impartición
7. PLAN LECTOR / BIBLIOTECA
7.1.
Organización y plan de gestión
Cuestionario para la situación de
partida
Esquema para análisis de la
situación inicial
7.2. La catalogación de
los fondos
7.3. Base de datos,
organización e información
7.3.1. Tipos de préstamo
7.3.2. Política de préstamo
7.3.3. Difusión e información de los fondos
7.4.
Animación a la lectura
7.4.1. La lectura
7.4.2. Posibilidades pedagógicas
7.4.3. Reflexiones acerca del hábito lector
7.4.4. Animando a leer
7.5. Acciones
de uso habitual en la biblioteca
7.6. Acciones de sensibilización y participación
7.6.1.
La escritura
8. Coordinación Competencia Básica Lingüística
8.1. La expresión oral
9. Evaluación del Plan Lector
10. Bibliografía
1. Introducción
La reforma
educativa, en los currículos de todas las áreas y niveles, pone especial
interés en el manejo de las fuentes de información en todo tipo de soportes:
libros, revistas, CD-ROM, disquetes de ordenador, vídeos, mapas, diapositivas,
etc., con el fin de que el alumnado realice una lectura comprensiva de ellas y
forme su criterio propio y personal. Además, el profesorado tiene que atender a
la diversidad de capacidades y ritmos de aprendizaje de su alumnado, para lo que
necesita disponer de materiales y acudir constantemente a la biblioteca
escolar, que deberá ofrecerse como un centro de recursos bien organizados y
centralizados.
Los
planteamientos pedagógicos de los diferentes currículos se basan en el
aprendizaje activo y autónomo, lo que requiere poder contar con los recursos
necesarios. Así pues, la biblioteca escolar debe facilitar el libre acceso a
las fuentes de información y propiciar la igualdad de oportunidades de todos
los estudiantes con independencia de su condición social y cultural.
Cada vez
es más frecuente la inclusión de programas de lectura comprensiva en los
Proyectos Educativos y su puesta en marcha implica la necesidad de gestionar
adecuadamente la biblioteca del centro. Se pretende animar y asesorar al
profesorado responsable de la biblioteca escolar para que organice
adecuadamente sus recursos y propicie el aprendizaje activo de todas las áreas
mediante un proyecto de biblioteca integrado en los objetivos pedagógicos
generales del centro.
2. Objetivos a corto plazo
1. Adecuación de los objetivos
a las necesidades del centro mediante una revisión continua respecto a las
demandas sociales y educativas del momento.
2. Se tratará en todo caso de
profundizar tanto en una adecuada formación lectora como en una sólida
formación documental.
3. El Plan se dirigirá a
formar de manera competente tanto a los ya lectores como a animar a la lectura
a aquellos que aún no lo son tratando de despertar el interés por la lectura
como medio de entretenimiento y ocio.
4. Se elaborará un cuadro
donde queden reflejados los datos correspondientes a la evolución de las
habilidades en lecto-escritura y comprensión del alumnado. Las pruebas
materiales serán archivadas en el expediente personal de cada alumno.
5. Se fomentará en todo caso
el espíritu crítico del lector o la lectora ante los medios documentales e
informativos tratando de promover actitudes reflexivas y críticas como de
valores de integración y socialización.
6. La biblioteca tratará de
adaptarse, en la medida de lo posible, a la diversidad de sus potenciales
usuarios, así como a los nuevos cambios y demandas sociales, tanto en los
nuevos enfoques informativos o temáticos como en los nuevos soportes. Para ello
no se centrará en exclusiva en la creación de un fondo documental sino también
en la recogida, selección, recuperación y transmisión de la información.
7. Se animará constantemente a
las familias a participar del presente Plan así como a disfrutar de los
recursos de la biblioteca y del centro.
8. El uso de la biblioteca
como fondo documental será recogido de manera activa en todas las
programaciones didácticas. Para ello se seguirán las directrices marcadas por
los responsables de ejecutar el presente plan. De todos modos deberá de
recogerse, de manera genérica, un plan de formación en la lectura y tratamiento
de textos y de códigos no textuales.
9. Además de las fuentes
textuales, literarias, técnicas, documentales… deberá de promoverse con la
misma intensidad el uso y conocimiento de los diferentes soportes y los
diferentes códigos, verbales, icónicos, sonoros y audiovisuales y los medios de
comunicación específicos. Es de entender que una biblioteca hoy en día no debe
de circunscribirse exclusivamente al universo de los textos escritos.
10. Se elaborará paralelamente
un plan dirigido a fomentar las técnicas de estudio, y a salvaguardar las
deficiencias en el tratamiento de la información.
11. El objetivo fundamental que
debe de subyacer a toda acción programada será el de la formación integral del
individuo en lo tocante a las fuentes documentales, a la información y a la
adquisición de valores universales, espíritu crítico y hábitos de formación y
estudio.
3. Objetivos a largo plazo
La noción “a largo plazo” no debe de entenderse
nunca como una meta a conseguir en un futuro para la cual se trabajará el día
de mañana. Muy al contrario, se trata de evidenciar el carácter de finalidad a
la que deben de dirigirse ya los primeros pasos.
PLAN
LECTOR / BIBLIOTECA
1. Equilibrar el fondo
2. Garantizar la
disponibilidad de los documentos
3. Difundir los fondos y hacer
que circulen por el centro educativo
4. Ampliar las posibilidades
de uso pedagógico de la biblioteca escolar
5. Animar a las familias a
participar en la educación de sus hijos a través de la adquisición de hábitos
personales de lectura.
6. Integrar la Competencia Lingüística
en la rutina diaria como columna vertebral del desarrollo académico,
amoldándola a las necesidades de cada momento.
7. Abordar colegiadamente los
parámetros de lecto-escritura recogidos en los documentos oficiales así como
educar en el análisis crítico en modo, contenido y forma.
8. Introducir la expresión
oral, dicción, argumentación, debate… como elemento fundamental del discurso
elemental de clase.
4. Directrices generales y metodológicas
Para la
concreción del presente Plan Lector a lo largo de los años venideros se tendrán
en cuenta los siguientes ejes directores:
- Fomento constante de la transversalidad e interdisciplinaridad
- Fomento del uso de los materiales e instalaciones
- Modificación del PEC y del PCC e inclusión de los planes en las PGA’s
- Inclusión del plan en el presupuesto (Comisión Económica – Consejo Escolar)
o Gastos
de inversión: compra de libros y otros
documentos, instalaciones y mobiliario, equipos informáticos, equipos
audiovisuales, etc.
o Gastos
de mantenimiento (5% del total): reposición de documentos deteriorados,
material fungible, organización de actividades de dinamización, mantenimiento
del equipo informático y audiovisual, telecomunicaciones, etc.
·
Modificación de las PDI.
o Redacción
de las necesidades de cada departamento para la elaboración de una organización
común.
o Redacción
de una metodología común.
o Secuenciación
y temporalización
o Gestión
de los recursos didácticos y documentales
o Difusión
de la información
·
Gestión automatizada
·
Ofrecer nuevas herramientas y soportes para la
información e investigación
·
Evaluación y análisis de los logros conseguidos y
trazado de las nuevas líneas a seguir en próximos cursos
·
Metodología adecuada
·
Biblioteca:
o Compra
de libros.
o Catalogación.
o Cooperación
interbibliotecaria .
o Difusión
de los recursos en el centro.
o Integración
de la biblioteca en los procesos educativos del centro.
·
Atención a los aprendizajes lingüísticos desde
todas las áreas.
o Aprendizajes
lingüísticos centrados en el uso de la lengua.
o Interdependencia
común de todas las lenguas.
o Prácticas
discursivas.
o Respuesta
educativa del centro.
o Modificación
de la práctica docente.
o Búsqueda
de consensos entre ámbitos.
o Se
intentará incidir en aspectos de integración tales como la igualdad de sexos,
razas, etc., la multiculturalidad, el ecologismo…
o Implicación
de todas las áreas.
Se seguirán
las directrices del MER, Marco Europeo de Referencia diseñado por el Consejo
Europeo donde se definen lo que tienen que aprender a hacer los estudiantes,
los niveles de dominio de la lengua y que fomenta, facilita y apoya los
esfuerzos del profesorado y del alumnado definiendo objetos útiles y realistas.
Se alude expresamente a la necesidad de enfocar el aprendizaje sobre tres
aspectos fundamentales: las competencias necesarias; la capacidad de poner en
práctica esas competencias y la de emplear las estrategias necesarias para
ponerlas en práctica.
En este documento la Competencia Comunicativa
se divide en:
·
Lingüística: léxica, gramatical, semántica,
fonológica, ortográfica y ortoépica.
·
Sociolingúística: marcadores lingüísticos de
relaciones sociales, normas de cortesía, refranes, diferencias de registro,
dialecto y acento.
·
Pragmática: discursiva y funcional.
Elementos
todos que, junto con los elementos generales discursivos nos permitirán marcar
la dirección hacia la que dirigir nuestras evaluaciones y concreciones
particulares y colegiadas, elaborando de este modo la coordinación de
descriptores e indicadores. Para ello se elaborarán los respectivos porfolios
en comunicación, que comprenderán en su totalidad las destrezas simbólicas,
tanto orales y escritas en las diversas lenguas como sonoras, visuales,
audiovisuales, etc., así como sus respectivas rúbricas para poder ser evaluadas
correctamente.
Con ello
se pretende que en el porfolio personal del alumnado se archiven el pasaporte
de lenguas (actualizado por el titular o el tutor con su nivel competencial),
la biografía lingüística (donde se incluyan las diferentes experiencias en cada
lengua) y el dossier (con ejemplos de trabajos personales (trabajos, diplomas,
trabajos escritos, proyectos, grabaciones en audio, vídeo, representaciones y
presentaciones de todo tipo, etc.). Documento este que podrá ser demandado en
todo momento por el profesorado y del que puede interesar tener una copia en el
expediente personal del alumno que se vaya actualizando semestralmente,
conjuntamente con las pruebas semestrales que a través del Plan Lector se
lleven a cabo para la valoración de las destrezas expuestas con anterioridad.
Estas valoraciones tendrán un carácter relevante dentro del expediente
académico personal, con todo lo que dicha responsabilidad conlleva, y suponen
el hecho de que el centro certificará y avalará los niveles alcanzados a través
de sus responsables primeros y últimos, esto es, el alumno o alumna podrá en
circunstancias normales ser competente en comunicación en los apartados
descritos en el documento.
Las
Competencias Básicas siempre estarán ligadas al concepto de cultura y por lo
tanto aparecerán necesariamente contextualizadas. Éstas permiten integrar el
sistema activando toda materia, área y todo tipo de aprendizajes. Aprendizajes
que serán integrados y pondrán en relación los contenidos de las diversas áreas
en los diversos contextos y situaciones. Además organizarán en propio sistema
al identificar los contenidos con los criterios de evaluación y dirigirán,
pues, la práctica docente.
Se propone
que las destrezas se dividan en productivas, receptivas e interactivas y se
añade una más a la interactiva quedando definidas en total siete: hablar,
escribir, escuchar, leer, recepción audiovisual, interacción oral e interacción
escrita.
El
presente Plan pretende desarrollarse en cada uno de los cinco niveles de
integración o ámbitos curriculares:
1. Presencia mayor o menor de la competencia
comunicativa en la práctica docente: tareas y actividades.
2. Presencia de la competencia comunicativa
en los diferentes elementos de los diseños curriculares: objetivos, contenidos,
criterios de evaluación.
3. Presencia mayor o menor de la competencia
comunicativa en la metodología real del aula, fomentando la reflexión sobre los
modelos y métodos de enseñanza.
4. Presencia de la competencia comunicativa
en la evaluación de tareas.
5. Presencia de la comunicación lingüística
en los distintos tipos de currículo: formal, informal y no formal.
5. Estructura de tareas para un currículo basado en
competencia comunicativa, a partir de la actividad en el aula
Elaboración
de una adecuada estructura de tareas donde se diseñen las experiencias
necesarias para la adquisición de una competencia. Deberán de guardar un
correcto equilibrio entre las tareas que prestan atención al significado y las
que prestan atención a la forma, a la fluidez y a la corrección. Para la
consecución de un resultado satisfactorio es necesaria la elección de un
contexto adecuado, quedando, por tanto, las acciones repetitivas y de
memorización relegadas a un segundo plano por fomentar la linealidad discursiva
frete al pensamiento de red e integrado competencial.
Para ello
serán revisadas la adecuación de los descriptores comunes a todas las materias
con los criterios correspondientes y ambos con la tarea trabajada tratando en
primer lugar de cubrir la totalidad de los elementos curriculares y más tarde
revisándolos para buscar nuevas tareas que impliquen al mayor número de
materias posible. Es necesaria una visión operativa de cada una de las
competencias y el desarrollo de la comunicación lingüística: las relaciones
entre objetivos, contenidos y criterios de evaluación con la competencia
lingüística.
Disponiendo la competencia en comunicación en el centro vertebral del
armazón curricular se revisarán periódicamente los límites de las áreas en lo
tocante a las contribuciones que puedan llevar a cabo a cada una de las demás
competencias. El trabajo en competencias básicas lleva acarreada la revisión
continua de las prácticas docentes con el fin de mantener aquellas que son
válidas: análisis de concepciones previas, elaboración de proyectos, trabajo en
equipo del profesorado, relación familia-centro…, modificar unas: definir y
seleccionar actividades que solo son útiles en el contexto académico, utilizar
el libro de texto como único recurso didáctico, concebir la evaluación como
exclusivamente calificación… e incorporar algunas prácticas nuevas: análisis de
las tareas del profesorado propuestas al alumnado, desarrollo de tareas
interdisciplinares en el currículum formal, informal y no formal.
Se
integrarán y revisará la mecánica de los procesos cognitivos en la práctica
docente y la elaboración de tareas. Para su valoración es conveniente revisar
el Marco Europeo de las Lenguas (2002) y definir así las rúbricas conjunta y
paralelamente a la definición del porfolio correspondiente. Para ello los
noveles competenciales aludidos en los documentos oficiales serán meras guías,
dado que se entiende que el alumno o alumna pueda sobrepasarlos, por ejemplo.
Además se establecerán ciertos ítems que ligarán los niveles específicos en tal
o cual apartado en el grado que sea a los niveles académicos de 1º de primaria
a 2º de bachiller teniendo de este modo consciencia de los niveles anterior y
posterior a la ESO.
Para que
la integración competencial sea la adecuada es necesaria la participación de
toda la comunidad educativa y no solo dentro del contexto escolar. Así, se
incidirá seriamente en el carácter orientador y guía de las familias
ofreciéndoles pautas y prácticas útiles de conducta para con sus hijos e hijas,
sobre todo respecto al consumo moderado de medios (televisión, Internet…),
hábitos de conducta, etc.
Las siete destrezas en comunicación lingüística.
1. Productiva
hablar.
2. Productiva
escribir.
3. Receptiva
escuchar.
4. Receptiva
leer.
5. Receptiva
audiovisual.
6. Interactiva
conversar.
7. Interactiva
escribir.
6. Condiciones generales para su impartición
Para una
mejora en la competencia en comunicación se seguirán, en la medida de lo
posible, las condiciones generales marcadas por la literatura científica al
respecto:
a) Realizar una enseñanza eficaz e
igualitaria hacia todo el alumnado independientemente de su nivel
socioeconómico, académico de las familias o niveles de conocimiento o
competencia lingüística previos. La
CE (2006) indica que las investigaciones sobre las políticas
educativas han demostrado que equidad y eficiencia se refuerzan mutuamente.
b) Priorizar un enfoque funcional de la
enseñanza de la lengua en los diferentes contextos: vida privada (familia,
amigos…), vida en sociedad (relación con las instituciones, con los medios de
comunicación…), viva en la institución escolar y el ámbito de creación verbal
(creación literaria, propaganda, publicidad…).
c) Respetar la pluralidad de niveles
lingüísticos.
d) Colaboración de todas las áreas en el
desarrollo de la comunicación lingüística. El profesorado se basará en la
lectura como un proceso de construcción de significados. La ejercitará delante
de otras personas, tanto el profesor como el alumno, pues leer con los demás
permite pasar de la comprensión a la interpretación, a los contenidos
connotados.
e) Priorizar las actividades comunicativas en
los procesos de evaluación.
f) Unir la mejora de la enseñanza con el
desarrollo profesional de los docentes. Para ello se establecerán unas pautas
de actuación colegiadas así como directrices guiadas o cursos de formación del
profesorado aplicado a la elaboración del material didáctico, con el ánimo de
que dicha tarea, que tendrá un carácter voluntario, no suponga una carga horaria
añadida sino el aprendizaje a través de la aplicación de ciertas directrices en
la rutina diaria y la evaluación de los resultados.
g) Promover la creación de redes de escuelas.
El presente curso se trata de poner en marcha una red de centros en el Principado
que puede ser un punto de partida para dicha coordinación. De todos modos es
conveniente establecer relaciones con los centros de primaria adscritos para
poder dar continuidad al proceso educativo y colegiar decisiones.
h) Trabajo coordinado entre centro, familia y
comunidad. Existen evidencias de que la participación de tipo decisorio,
evaluativo y educativo mejora el éxito académico, y no la de tipo informativo y
consultivo (INCLUDED, 2001, 2011). Es decir que hay mejores resultados cuando
las familias tienen poder de decisión. Por ello es necesaria la sincronización
entre las prácticas de alfabetización escolares y domésticas.
i) Integrar currículum formal, informal y no
formal. El centro asumirá un papel activo en la convocatoria de proyectos participativos
que resulten desafíos para el alumnado en cuanto a desarrollar las competencias
comunicativas en torno a discernir opciones, tomar decisiones, argumentar
planteamientos, etc. desde una actitud crítica.
j) Incorporar el uso de la tecnología como recurso
de aprendizaje y soporte textual.
k) Prestar atención a la relación de la
competencia comunicativa con el resto de competencias y con los modelos de
pensamiento, de manera especial con la competencia social y ciudadana y con el
pensamiento crítico. El pensamiento crítico por su parte incide sobre los
aspectos connotativos e ideológicos subyacentes al discurso.
7. PLAN LECTOR / BIBLIOTECA
7.1. Organización y plan de gestión
Antes de
afrontar el trabajo en la biblioteca sería conveniente dedicar un tiempo a la
reflexión. Conocer el punto de partida y tener claros los objetivos y
finalidades de la biblioteca, qué programas se van a ofrecer, qué actividades
se van a organizar… Se trata, en definitiva, de tomar conciencia de la
situación inicial, debatir y consensuar hacia dónde se quiere llegar perfilando
las características concretas de la biblioteca para cada contexto y situación.
A la hora de comenzar la organización de la
biblioteca escolar como centro de recursos para la enseñanza y el aprendizaje y
su posterior uso pedagógico es preciso tener en cuenta dos importantes
elementos: la información y la formación no sólo del responsable de la
biblioteca y de su equipo de apoyo, sino también del equipo directivo y del
resto del profesorado.
La información es importante para estar al
día de lo que sucede en torno a las bibliotecas escolares (normativas,
experiencias, comunicaciones oficiales, convocatorias...) y poder trasmitirla,
según proceda, al resto de la comunidad educativa. Esta información puede
ahorrar mucho tiempo y esfuerzo a la hora de afrontar los primeros pasos en la
organización y transformación de la biblioteca escolar.
Contar con
profesorado cualificado y formado en biblioteca escolar es un pilar básico para
la organización y gestión de los recursos y el uso de pedagógico de la
biblioteca. No sólo la persona responsable de la biblioteca debe formarse
(especialmente en nociones básicas de biblioteconomía, organización de
espacios, la selección de fondos o el uso del programa Abies), sino también su
equipo de apoyo y el resto del profesorado para garantizar el conocimiento de
las posibilidades pedagógicas que ofrece este recurso. Los centros del
profesorado planifican formación específica, tanto en línea como presencial (cursos,
jornadas, encuentros, formación en centro...)
Al
elaborar el proyecto de la biblioteca, habrá que tener en cuenta los siguientes
aspectos:
§
El proyecto de la biblioteca deberá ser un
documento consensuado entre y con todos los miembros del claustro, puesto que
pasará a formar parte de la Programación General Anual y en la mayor parte de
los casos supondrá una revisión del Proyecto Educativo y del Proyecto
Curricular del centro.
§
Es fundamental partir de una valoración de la
situación inicial y de las posibilidades y de los recursos reales, así como de
las demandas del entorno.
§
Es necesario ser realista a la hora de elaborar el
proyecto, pues lo importante es ir creando mecanismos útiles y eficaces que
sienten las bases para conseguir en el futuro objetivos más ambiciosos.
§
Es aconsejable formular objetivos e iniciativas
abarcables, de forma clara y precisa. Todo ello con el fin de facilitar la
puesta en práctica del proyecto y su evaluación.
Convendría
pues, en primer lugar, hacer un estudio de la situación de partida, para el
cual se propondría el siguiente cuestionario:
1. ¿Existe en el centro un
local dedicado a uso exclusivo de la biblioteca?
2. ¿Es amplio y permite
habilitar diferentes zonas?
3. ¿Está distribuido en
diferentes zonas (información, estudio, lectura informal, zona audiovisual,
etc.)?
4. ¿Está bien situado en
relación a las aulas?
5. ¿Es luminoso?
6. ¿Es acogedor?
7. ¿Tiene una decoración
agradable y motivadora?
8. ¿Existe una zona adaptada a
los alumnos y alumnas de E. Infantil y primer ciclo de E. Primaria? (solo en
aquellos casos en los que existieran estos ciclos educativos)
9. ¿Están ordenados los
documentos siguiendo un plan de clasificación?
10. ¿Se utiliza la CDU como plan de
clasificación?
11. ¿Esta señalizada la
biblioteca para que los alumnos se orienten fácilmente y puedan usarla de forma
autónoma?
12. ¿El mobiliario de que se
dispone en la biblioteca es suficiente?
13. ¿El mobiliario está
adaptado a la edad de los alumnos (altura de las estanterías, tamaño de las
mesas y sillas, etc.)?
14. ¿El mobiliario se encuentra
en buen estado?
15. ¿Las estanterías son
abiertas y permiten el acceso libre a los documentos?
16. ¿Se dispone de estanterías
libres para incorporar nuevos fondos bibliográficos?
17. ¿Existen mesas y sillas de
estudio?
18. ¿Hay suficientes mesas y
sillas para trabajar con el grupo de una clase?
19. ¿Existe una zona con
muebles más cómodos para lectura relajada?
20. ¿Cuenta la biblioteca con
muebles apropiados para exponer los libros?
21. ¿Cuenta la biblioteca con
muebles apropiados para exponer y archivar las revistas?
22. ¿Hay un ordenador en la
biblioteca?
23. ¿Tiene conexión a Internet?
24. ¿Existe instalación de red
en el centro?
A
continuación, y siguiendo con el estudio de la situación inicial, se podría realizar un análisis de la situación
actual de la biblioteca, mediante el siguiente cuestionario:
1. Tipología
de los documentos
1.1. ¿Tiene
el centro obras de referencia y de consulta como enciclopedias, diccionarios,
etc.?
1.2. ¿Existe
un número significativo de libros de literatura infantil y juvenil?
1.3. ¿Hay
libros de literatura clásica?
1.4. Además
de libros, ¿que otros documentos hay en el centro?
·
discos
·
casetes
·
vídeos
·
diapositivas
·
CD-ROM
·
programas informáticos
·
otros
1.5. ¿Recibe
el centro publicaciones periódicas para los profesores?
1.6. ¿Recibe
el centro publicaciones periódicas para los alumnos?
1.7. ¿Están
cubiertas todas las áreas curriculares?
1.8. ¿Hay
documentos que se relacionen con los temas transversales?
1.9. ¿Existen
fondos que cubran las necesidades de las materias optativas?
1.10.
¿Existen documentos para los alumnos con
necesidades educativas especiales?
2. Cantidad de documentos
2.1. ¿Consideras
suficiente los libros que posee el centro para uso del alumnado?
2.2. ¿Consideras
adecuada la proporción entre obras de ficción y de información?
2.3. ¿Posee
el centro suficientes fondos para uso del profesorado?
3. Actualización
3.1. ¿Cuenta
el centro con fondos históricos?
3.2. ¿Los
libros de consulta y de conocimientos están actualizados?
3.3. ¿Son
relevantes los libros de acuerdo con su fecha de publicación y su estado
físico?
3.4. ¿Se
adquieren fondos actualizados cada curso?
3.5. ¿Son
los materiales relevantes teniendo en cuenta las características actuales del
centro?
4. Otros
aspectos
4.1. ¿Están
centralizados los materiales del centro en una biblioteca central?
4.2. ¿Existen
fondos repartidos por...?:
·
Las aulas
·
Los departamentos
·
Otros espacios
4.3. ¿Existe
presupuesto anual para la adquisición de nuevos libros?
4.4. En
caso afirmativo, ¿se considera suficiente dicho presupuesto?
Por
último, siempre desde un análisis previo, se puede hacer un estudio sobre las
necesidades lectoras que se produzcan en el centro. Con tal fin, se elaborará
un cuestionario para conocer las
demandas de los diferentes departamentos con el propósito de cubrir las
carencias derivadas de la docencia directa conjuntamente con los diferentes
apoyos textuales, sonoros o audiovisuales tanto teóricos como prácticos.
También
se estudiarán a través de encuestas y pruebas de elaboración, compuestas por
los responsables del Plan Lector Integrado, por un lado el grado de habilidades
en lecto-escritura y comprensión del alumnado (nivel de lecto-escritura,
comprensión, ortografía, etc.); por el
otro, los gustos y hábitos lectores (número de libros leídos últimamente,
títulos de los mismos, etc.). Estas pruebas tendrán un carácter semestral y en
ellas se tratará de valorar la evolución académica paralelamente a la de las
demandas y gustos lectores.
Para la
definición de un proyecto de biblioteca hay que detectar previamente las
necesidades que se manifiestan en el centro.
·
Problemas de lectura más frecuentes
·
Posibles explicaciones
·
Quiénes podrían solucionarlo
7.2. La catalogación de los fondos
Puesto que
durante la catalogación se hace un análisis exhaustivo del documento a
catalogar, durante este proceso abordamos un nuevo expurgo antes de su
catalogación definitiva. Para que los documentos estén disponibles es necesario
obtener de ellos una serie de datos imprescindibles. La catalogación es el
proceso técnico mediante el cual se presenta de forma sintética los detalles
técnicos, gráficos, tipográficos y bibliográficos de un documento para ubicarlo
dentro de la colección, identificarlo y acceder a él rápidamente. Su resultado
es el registro bibliográfico (lo que en el catálogo manual sería la ficha). De
esta forma, el catálogo es el conjunto de registros bibliográficos
correspondientes al fondo de nuestra biblioteca y que constituyen nuestra base
de datos. Su consulta hace que conozcamos y localicemos rápidamente los
documentos de nuestra biblioteca.
El
registro bibliográfico nos ofrece:
1. Datos para la identificación del documento que lo describen
externamente. Es la descripción bibliográfica propiamente dicha: título, autor,
editorial, número de páginas…
2. Datos para la indización del documento que lo describe en su
contenido. Son los puntos de acceso, encabezamientos de materia y descriptores.
3. Datos para la localización del documento en nuestra biblioteca.
Correspondería a la signatura topográfica.
Todo ello contribuirá a equilibrar el fondo. Esto a
su vez nos permitirá:
1) Conocer
los fondos con los que cuenta la biblioteca del centro.. Los datos contenidos en
las obras de consulta y referencia pueden ser numéricos, estadísticos, sobre
cosas, hechos, personas, lugares, conceptos, palabras, etc., o referirse a
documentos. Por tanto podemos distinguir en dos clases generales:
·
Las que proporcionan la información o el dato
concreto que se busca, obras de información directa o inmediata (enciclopedias,
diccionarios, anuarios, etc.).
·
Las que remiten a otras fuentes documentales en las
que localizar a su vez la información necesaria, esto es, información sobre
información o información bibliográfica (bibliografías, catálogos).
Las obras
de referencia pueden ser generales, cuando abarcan todos los campos del
conocimiento humano, o especializadas, cuando se limitan a una parte de la
realidad, a un campo determinado o especial del saber.
Pueden hallarse
en diferentes soportes: impresos en forma de libros, en fichas, microfilm,
microficha, soportes magnéticos y electrónicos, CD-ROM, o constituyendo bancos
o bases de datos con posibilidad de acceso en línea.
Los tipos
básicos de obras de referencia son los siguientes:
·
Enciclopedias (generales y especiales).
·
Diccionarios (de la lengua, por materias, técnicos,
especiales por su propósito o finalidad, bilingües y plurilingües.
·
Directorios y guías (institucionales. Temáticos,
internacionales, nacionales, regionales y locales).
·
Anuarios y anuarios estadísticos (generales,
especializados, internacionales, nacionales, etc.).
·
Repertorios biográficos (generales o por materias,
universales, nacionales, etc.).
·
Bibliografías (nacionales, retrospectivas, en
curso, generales, por materias).
·
Mapas y atlas.
·
Normas y patentes.
·
Publicaciones oficiales.
·
Sistemas en línea.
2) Localizar
todos aquellos fondos que el centro
escolar tiene diseminados entre los distintos departamentos, ciclos,
bibliotecas de aula, sala de audiovisuales o informática, laboratorio, aula de
música, etc. con la intención de centralizarlos en una misma base de datos y
gestión.
3) Establecer
los mecanismos para que sea posible recibir propuestas de compra tanto de los
profesores como de los alumnos.
4) Elaborar
un plan priorizado de compra de documentos nuevos en diferentes soportes,
teniendo en cuenta las posibles carencias de la biblioteca y las necesidades
manifestadas por profesores y alumnos.
5) Destinar
un presupuesto para la compra de los documentos seleccionados en el plan de
nuevas adquisiciones.
6) Realizar
un expurgo de los fondos. Al iniciar el proceso de organización de la colección
de nuestra biblioteca es fundamental que tengamos claros los pasos a seguir con
el fin de no duplicar esfuerzos. Hemos de recoger todo el material documental
del centro y llevarlo a la biblioteca. Explicaremos al profesorado que no
pretendemos quedarnos con los documentos, sino que queremos recoger el material
para catalogarlo y registrarlo, para que esté localizable. El material podrá
volver a su lugar de origen una vez se acabe el proceso si así se estima
oportuno. En este sentido no podemos hacer excepciones y debemos incluir todos
los documentos.
Recogido
el material es conveniente realizar un primer expurgo teniendo en cuenta que no
debemos ni tirarlos ni donarlos hasta que no esté todo el proceso acabado.
Siempre lo podemos repensar. Este primer expurgo es prácticamente obligado al
acometer la transformación de la biblioteca escolar, mientras que los
posteriores o expurgos regulares se encaminan a mantener los fondos
actualizados y en condiciones óptimas. Entre los materiales de expurgo,
destacamos:
·
Publicaciones antiguas (revistas, monográficos,
suplementos, guías informativas,…),
·
Materiales repetidos, -salvo grupos de libros del
mismo título con los que se pueden crear una sección para animaciones lectoras,
trabajo en grupo…
·
Documentos de información poco relevante o escaso
interés no actualizados,
·
Fondos de poca calidad informativa (anteproyectos,
propuestas, documentos de debate, boletines, etc.), poco elaborados.
·
Documentos deteriorados, rotos o desgastados sin
posible restauración,
·
Material en formato antiguo y en desuso (disquetes
de ¾, vinilos, sistema Beta, casetes,…).
Por tanto,
por expurgo entendemos el proceso de selección y retirada física de los fondos
de la biblioteca cuando son de poca o ninguna utilidad curricular y cultural
así como los deteriorados sin posibilidad de restauración. No olvidemos que al
referirnos a los fondos de una biblioteca escolar hablamos de una colección
viva que en todo momento responde a los intereses y necesidades de la comunidad
educativa.
Razones para expurgar:
§
Organizar, clasificar y adecuar el fondo a las
nuevas instalaciones, aprovechando la creación, el cambio de ubicación o la
reforma de la biblioteca,
§
Actualizar la colección o mantenerla lo más
equilibrada posible,
§
Hacer la colección más accesible al alumnado y al
profesorado,
§
Mejorar la imagen de la biblioteca adecuándola a las
nuevas necesidades curriculares y espacios.
Aplicaremos unos criterios de expurgo al fondo
determinando una pauta sobre la que imponer un marcador, como en el siguiente
modelo:
CRITERIO
|
PAUTA
|
MARCADOR
|
Antigüedad
|
Fecha del Depósito Legal o fecha de edición
|
+ de 15 años
|
Pertinencia
|
Materias o áreas de conocimientos relevantes
|
+ de 10 años desde su registro
|
Información
|
Legislación, normativa o programas educativos
institucionales
|
Últimos diez años
|
Estado físico
|
Fijada por el equipo de apoyo
|
Posibilidades de uso
|
Uso (solo en expurgos regulares)
|
Circulación
|
Número de consultas o préstamos
|
Tras el expurgo decidiremos el destino de los
fondos:
§
Los documentos desdeñados, pero relevantes desde el
punto de vista histórico, se podrían ubicar en otro depósito,
§
Los documentos deteriorados o en mal estado
susceptibles de conservación se restaurarán o se repondrán,
§
Los fondos dados de baja y en óptimas condiciones
se podrán donar a colectivos (ONG’s, asociaciones o entidades sin ánimo de
lucro…
§
Se destruirá el resto de materiales.
Tras el expurgo podemos dividir el fondo en:
·
Libros de texto y manuales. Presentan de forma
sistemática los conocimientos sobre una disciplina. En el caso de los libros de
texto se adaptan al programa de un área concreta en un curso, nivel y etapa del
sistema educativo.
·
Monografías de divulgación. Obras de divulgación
científica y técnica dirigidas a un público general que por su nivel de
dificultad y su lenguaje asequibles pueden resultar útiles para nuestros
alumnos, especialmente en Secundaria.
·
Obras literarias con contenidos y referencias de la
realidad. Relatos de temática histórica, social o de aventuras, cómics, etc.
Aportan información personalizada y contextualizada.
·
Libros documentales infantiles y juveniles. Libros
de información y de divulgación, también llamados libros de conocimientos,
especialmente diseñados para niños y jóvenes, como instrumentos de apoyo en su
aprendizaje.
7) Evaluar
la adecuación de las dotaciones de la biblioteca al currículo. Con ayuda de los
profesores , reflexionar sobre si los documentos del centro relacionados con
cada área curricular son los adecuados y lo hacen de manera pertinente.
Utilizar las fichas de evaluación de las dotaciones convenientemente adaptadas a los niveles de
enseñanza que se imparten en el centro:
8) Crear
una hemeroteca.
Esta labor
ayudará a garantizar la disponibilidad de los documentos en el sentido de:
·
Facilitar el libre acceso a los documentos,
eliminando los armarios cerrados con llave y todo tipo de barreras.
·
Organizar el espacio de la biblioteca, de forma que
haya varias zonas con diferentes usos.
o
Distribuir el espacio de la biblioteca del centro,
creando diferentes zonas según se ha explicado.
o
Introducir algún elemento decorativo que ayude a
crear un ambiente acogedor.
3) Clasificar
los fondos según la
Clasificación Decimal Universal, adaptada a la edad de los
alumnos.
- Clasificar los libros existentes actualmente en la biblioteca, utilizando las diez clases principales de la CDU, a saber:
0.
Diccionarios y obras generales.
1.
Pensar, imaginar, filosofía.
2.
Religón y teología.
3.
Vivir juntos. Ciencias Sociales.
4.
Vacante.
5.
Naturaleza, Ciencias exactas y naturales.
6.
Curar, fabricar, ciencias aplicadas. Medicina.
Técnica.
7.
Crear y divertirse: arte, música, juegos, deportes
y espectáculos.
8.
Leer historias, hablar. Lingüística. Literatura
9.
Paisajes, personas célebres, el pasado. Geografía.
Biografías. Historia.
- Una vez terminada esta preclasificación, dividir a su vez cada uno de los grupos resultantes, agrupando los libros según las subclases de la CDU.
- Distribuir los libros clasificados en las estanterías, procurando dejar espacio libre para incorporar nuevos títulos a cada una de las clases y subclases, así como para crear nuevas subclases si fuera necesario.
4) Señalizar
la biblioteca escolar, una vez clasificados los fondos.
- Señalizar las estanterías, asociando colores a cada clase y pictogramas a cada subclase de la CDU, según las pautas ofrecidas o bien habilitar aquellas que se consideren oportunas.
5) Introducir
señales de ubicación en el centro y en la biblioteca.
- Introducir señales de ubicación y de orientación en el centro y en la biblioteca.
6) Realizar
el tratamiento físico de los documentos (registro, sellado, forrado, signatura,
tejuelado...).
- Establecer los protocolos para los registros manuales o informatizados justificando las razones.
- Diseñar un sello para la biblioteca.
7) Estudiar
las posibilidades del programa ABIES y decidir los criterios pedagógicos que se
tendrán en cuenta para automatizar las tareas de la biblioteca que se pueden
gestionar con dicho programa.
8) Elaborar
un calendario para el cambio progresivo de la gestión manual de la biblioteca a
la gestión automatizada según los criterios acordados previamente.
9) Automatizar
el catálogo, siguiendo el plan de catalogación establecido previamente.
10) Elaborar
un catálogo centralizado de los diferentes recursos distribuidos por el centro,
basándose en los datos recogidos
- Identificar todos los espacios del centro donde se almacenan recursos documentales y didácticos: aulas, departamentos, tutorías, laboratorios, sala de profesores, despachos, aula de música, almacén de material audiovisual, etc.
- Localizar todos los materiales que se hallen repartidos por el centro y cuya gestión o ubicación se debería centralizar, según el planteamiento del modelo de biblioteca escolar expuesto.
11) Formar
al profesorado responsable de cada departamento en lo tocante al trabajo de
archivo y búsqueda básicos con el fin de implicarlo en la labor de catalogación
de los materiales demandados así como en la búsqueda de información.
- Archivar y catalogar los documentos elaborados en el centro por profesores y alumnos.
- Elaborar una lista de documentos e informaciones elaborados en el centro educativo.
- Distinguir las que se difunden internamente y las que se difunden al exterior.
- Reflexionar sobre aquéllas que deberían archivarse en la biblioteca.
- Introducir mejoras en la difusión y aprovechamiento de las publicaciones periódicas a las que está suscrito el centro, partiendo de los datos recogidos
- Confeccionar una lista con todas las publicaciones periódicas que recibe el centro, tanto para alumnos como para profesores.
- Analizar quién las recibe, dónde están ubicadas, precio, área/s genéricas que abarcan, para qué áreas tienen especial interés, cuándo se pueden leer o consultar y cuál es su destino final (se archivan, se recortan, se tiran...). Para este trabajo se puede imprimir el modelo de tabla (Anexo 2) que se proporciona.
- Valorar el nivel de aprovechamiento de esas publicaciones periódicas.
- Resumir las conclusiones.
7.3. Base de datos, organización e
información.
Tanto la
informática como las telecomunicaciones se han convertido en herramientas
indispensables para el normal desenvolvimiento de las tareas de una biblioteca.
En el caso de las bibliotecas escolares, el uso de estas tecnologías de la
información y comunicación contribuye de forma importante a la consecución de
sus objetivos.
Desde esta
perspectiva, el sistema más empleado es el llamado ABIES.
ABIES es
una aplicación informática desarrollada por el Ministerio de Educación, Cultura
y Deporte y diseñada para convertirse en la herramienta tecnológica a partir de
la cual automatizar las bibliotecas escolares. Con la sencillez y la eficacia
como ideas base, esta aplicación orientada a ordenadores personales pretende
contribuir a la transformación de nuestras bibliotecas escolares en auténticos
centros de recursos a los que se extraiga el máximo rendimiento. Para su
utilización, no es necesario disponer de amplios conocimientos informáticos. Se trata de un programa
intuitivo adaptado a las técnicas biblioteconómicas, de sencillo manejo y
pensado para ser utilizado tanto por profesores como por alumnos. La biblioteca
escolar presenta -en términos generales- determinadas singularidades en su
estructura y funcionamiento que determinan las prestaciones que ABIES
contempla.
El diseño
de esta aplicación parte de la idea de que los centros educativos no deben ser
concebidos como productores de catalogación, sino más bien como consumidores.
Por lo tanto, la aplicación se apoya en los catálogos de las bibliotecas
públicas para simplificar la tarea de catalogar correctamente.
La
estructura de la información adoptada por la aplicación intenta guardar un
delicado equilibrio entre el rigor conceptual, la sencillez de uso y la
economía de medios. Necesariamente parecerá excesiva para algunos y escasa para
otros, pero obedece a pautas de catalogación reales, extraídas de la
experiencia cotidiana. Su objetivo, pues,
es brindar una herramienta adaptada a las necesidades específicas de las
bibliotecas escolares, compatible con los formatos y técnicas normalizados pero
conservando una facilidad de uso que la haga idónea para personas con escasos
conocimientos en biblioteconomía.
El sistema
ABIES, nos puede servir, entre otras cosas, para controlar y gestionar los
préstamos de documentos, cuya política podría quedar así definida:
Siendo un
objetivo primordial de la biblioteca el desarrollo de los hábitos lectores y de
las habilidades en el acceso y uso de la información, deberíamos primar siempre
el concepto de apertura frente al de conservación. Hay que evitar que el temor
a que los documentos se pierdan o deterioren limite su uso y difusión. En otras
palabras, toda biblioteca debe contar con la pérdida o deterioro de cierta
cantidad de documentos debido a este servicio.
Los
beneficiarios del préstamo son prioritariamente el alumnado y el profesorado,
si bien, deberíamos estar abiertos a la idea de que el servicio puede y debe,
según posibilidades, ampliarse a otros colectivos, tanto relacionados con el
centro (padres, madres, antiguos alumnos/as, personal no docente, etc.), como
ajenos a él, sobre todo si la biblioteca se abre al barrio durante el horario
extraescolar. Esta ampliación del servicio la debemos asumir para suplir
temporalmente carencias de bibliotecas en la zona, complementar a los servicios
municipales de lecturas y, también, con el objetivo de integrar el Centro en el
barrio, haciendo de nuestra biblioteca un lugar de encuentro y espacio abierto
a todos.
7.3.1. Tipos de préstamo
a) Individual. Con él permitiremos el uso de un documento para su
lectura/consulta durante un determinado periodo de tiempo.
b) Colectivo. Es el destinado a las aulas, a los departamentos, a los
equipos de ciclo asociaciones de madres y padres... Los préstamos suelen ser en
mayor cantidad y durante un periodo más largo de tiempo.
c) Interbibibliotecario. Es el que se realiza con otras bibliotecas:
públicas, escolares... Puede resultar un servicio muy útil, ya que nos
permitirá acceder a fondos que, bien por la dificultad a la hora de
conseguirlos, por su alto coste o porque no dispongamos de fondos para
implementar en el centro determinados proyectos documentales integrados o
actividades relacionadas con efemérides articuladas desde la biblioteca, no
podamos adquirir o no sean adecuados para que formen parte de la colección
permanente de la biblioteca. Lógicamente este tipo de préstamo nos exigirá
mantener una adecuada relación con otros centros de documentación.
No
obstante, para aquellos fondos que sean frecuentemente consultados, de difícil
reposición, o que en un momento determinado pudieran ser de consulta masiva,
debemos establecer préstamos restringidos. Dichas limitaciones pueden ir desde
la consideración de “documento no prestable” hasta la de “documento restringido
temporalmente”. Serán fondos con limitaciones:
·
Las obras básicas de referencia,
·
Los fondos antiguos o preciosos (obras con grabados
o láminas deimposible reposición o fácil deterioro),
·
Materiales creados en el centro (trabajos,
dosieres, etc.),
·
Los documentos electrónicos originales,
·
Obras cuya materia sea objeto de un trabajo de
investigación por un gran número de alumnos/as y de las que la biblioteca
carece desuficientes documentos para ofrecer a todos en préstamo individual.
Independientemente
del tipo de préstamo que realicemos, debemos llevar un control adecuado de los fondos
prestados desde la biblioteca. Es más efectivo y conveniente (control,
estadística, inmediatez…) optar por el préstamo automatizado. Sea de gestión
manual o de forma automatizada el control se basa en:
·
La identificación del documento que se va a
prestar,
·
La identificación del lector que se lo lleva,
·
La relación de los datos del documento con los del
lector mientras dure el préstamo.
7.3.2. Política de préstamo
El
responsable de la
Biblioteca Escolar, junto con el Equipo de Apoyo de
Biblioteca, determinará la política de préstamo, en la que recogerá los
objetivos que persigue el servicio y las directrices principales por las que
habrá de regirse durante el período que se considere pertinente en función de
los planes de trabajo de la biblioteca y el proyecto educativo. Es necesario
determinar los tipos de lectores, el tiempo de validez del carné de lector, la
duración del préstamo, el número de préstamos simultáneos, los documentos
prestables y con restricciones, las medidas a tomar ante los retrasos en las devoluciones
o la pérdida de los documentos prestados, la responsabilidad de la realización
del servicio, la reserva de documentos, el préstamo al alumnado pequeño, al
alumnado con situaciones excepcionales, el préstamo colectivo… Algunas
orientaciones a tener en cuenta:
1- En cuanto al tipo de lector
Puesto que podemos distinguir varios tipos de
lectores: alumnado del centro, profesorado, personal no docente, padre/madre,
ex-alumnos/as, aulas, departamentos, etc., podremos establecer diferentes
condiciones de préstamo tanto en el número de documentos como en la duración.
2- En cuanto a la duración del préstamo
La duración puede variar para los diferentes tipos
de documentos y de lectores. La duración habitual suele ser de 7 a 15 días, pero este periodo
lo debemos acortar si se trata de material audiovisual o libros de referencia.
Hemos de considerar la posibilidad de préstamos de fin de semana y atender a
situaciones excepcionales (enfermedad, período de exámenes…). Del mismo modo,
durante los periodos vacacionales podemos ampliar la duración del préstamo.
Debemos permitir prorrogar el préstamo durante al
menos un nuevo periodo.
3- En cuanto al número de volúmenes
Un máximo de dos volúmenes puede ser una opción,
pero esto puede variar en función de los tipos de lectores que establezcamos,
los periodos de préstamo, la circulación de los documentos…
4- En cuanto a la reserva de documentos
Es un servicio complementario al de préstamo
consistente en apartar un documento que ha sido reservado por un lector en el
momento en que es devuelto a la biblioteca. En nuestra política de préstamo
debemos establecer el número máximo de documentos que puede reservar cada tipo
de lector.
5- En cuanto al retraso en las devoluciones
A los lectores que tarden en devolver un ejemplar
se les puede sancionar, siempre y cuando no suponga una merma importante en sus
necesidades de préstamo.
6- En cuanto a pérdidas y deterioro de los documentos
Para evitar las pérdidas de documentos, haremos
campañas de concienciación sobre la necesidad de cuidar el material de la
biblioteca, insistiendo en que no sean los lectores los que subsanen el
ejemplar en caso de deterioro leve, mientras que, cuando éste es serio y se produce
la pérdida del mismo, será el propio lector quien reponga la obra.
7- En cuanto al préstamo al alumnado de menor edad
En Educación Infantil y primer ciclo de Educación
Primaria el préstamo se realizará siguiendo las mismas normas que para el resto
del alumnado. Si acaso, como los pequeños necesitan menos tiempo para leer un
libro, el periodo de préstamo de los documentos puede acortarse.
8- En cuanto a la atención y préstamo de alumnado
enfermo
En el caso de alumnado en situaciones de
hospitalización, estancia prolongada en domicilio familiar por enfermedad
crónica, convalecencias, etc., podemos atender el servicio de préstamo mediante
comunicación telefónica, envío de ejemplares e información (boletines,
novedades, etc.)
9- En cuanto al préstamo colectivo
Para alcanzar la gestión centralizada de los
recursos documentales del centro educativo, las colecciones de libros
existentes en las aulas y en los departamentos serán tratadas como préstamos
colectivos realizados por la biblioteca del centro. En estos casos habrá que considerar
a cada colectivo como un tipo de lector más para el que estableceremos unas
normas determinadas en lo relativo al periodo de préstamo, número de
ejemplares, reservas, etc., que tendrán que ser superiores a los aplicados al
préstamo individual. Para las aulas consideraríamos que un lote de entre
veinticinco a treinta ejemplares prestados durante un mes como suficiente,
siempre que se renueven los títulos periódicamente y los lotes puedan circular por
las diferentes aulas.
Esta
política de préstamos y otras relacionadas con la circulación de documentos,
requiere unos protocolos de actuación. Así, las peticiones de nuevos fondos
pueden realizarse a través de los jefes de departamento; una persona de cada
departamento sería la responsable de la catalogación de los libros sugeridos.
Debido a ello, al menos una persona de cada departamento debería tener una hora
de guardia semanal para poder realizar el trabajo. Con el fin de facilitar el
mismo, debería existir un Manuel informativo breve y claro en el que se
describiesen las funciones y tareas a realizar, incluido, como queda dicho, el
préstamo.
7.3.3. Difusión e información de los fondos:
1) Diseñar
hojas informativas para difundir las actividades de la biblioteca.
2) Dar
a conocer las nuevas adquisiciones por diferentes medios (exposiciones,
tablones de anuncios, hojas informativas, etc.).
3) Establecer
los mecanismos más idóneos para difundir informaciones de interés a diferentes
destinatarios dentro del centro escolar.
o
Elaborar una lista con al menos 10 tipos de
informaciones que se reciban en el centro educativo.
o
Reflexionar sobre aquéllas que podría difundir la
biblioteca.
4) Instalar
tablones de información cultural en la biblioteca y en otros lugares del
centro.
5) Organizar
un servicio de información.
- Un posible servicio de información para alumnos de E.S.O. podría tener las siguientes materias:
- CULTURA Y OCIO (fiestas, peñas, actividades de ocio, charlas,....)
- ECOLOGÍA (guías ecológicas, días del árbol, proyectos de medio ambiente, fauna local ...)
- EUROPA (información sobre países, el proceso de la Unión ...
- EDUCACIÓN (becas, opciones de estudios, cursos ...)
- DEPORTES (resultados deportivos, convocatorias, maratones ...)
- INFORMÁTICA (últimos avances, Internet, direcciones útiles...)
- INSTITUTO (convocatorias y noticias del propio centro)
- LOCAL (todo lo referente al pueblo o barrio)
- MUJERES (programas de igualdad, centros de asesoramiento ...)
- MÚSICA / EXPOSICIONES (conciertos, concursos musicales, programación en emisoras, espectáculos, exposiciones ...)
- SOLIDARIDAD (ONGs, peticiones y colaboraciones en proyectos solidarios ...)
- SALUD (vacunaciones, consejos prácticos, el SIDA, las drogas ...)
- VIAJES Y TRANSPORTES (tarifas, viajes para jóvenes).
7.4. Animación a la lectura
7.4.1. La lectura
La lectura
tiene aspectos que se nos escapan. No sabemos qué fuerzas actúan para que unas
personas lean compulsivamente y otras aborrezcan dicha práctica. Desconocemos
las razones por las que leemos en unos lugares y no en otros, incluso sabemos
poco de cómo nos convertimos en lectores. Unas veces fueron nuestros padres los
transmisores de la magia de la literatura oral y otras un profesor que,
mientras hablaba de la lectura, leía y nos cautivaba. Quizás una leve
enfermedad que nos mantuvo “cosidos” a la cama una buena temporada nos permitió
horas de fascinante lectura. Tal vez nuestra afición se deba al préstamo de un
libro que nos hizo un amigo o incluso a una prohibición.
Probablemente la carencia de libros en la infancia estimuló nuestra
curiosidad y selló una amistad definitiva con ellos. Cada lector, cada lectora
ha recorrido un camino, pero resulta difícil definir el momento, señalar la
chispa que encendió una pasión que no hemos abandonado. El hábito lector
obedece pues a causas ocultas, por lo que resulta difícil generarlo y
alimentarlo con fórmulas concretas.
A pesar de
los innumerables esfuerzos de muchas personas para que la biblioteca escolar
sea una realidad en muchos centros de enseñanza, lo cierto es que no siempre se
ha conseguido. Falta una demanda social de la misma; es insuficiente la apuesta
que las administraciones hacen y, además, carece de personal dedicado a su
funcionamiento y dinamización. Además, como los libros no necesitan manuales de
manejo, no se enchufan y hace muchos años que fueron inventados, no acaban de
cautivar a los chicos y chicas, ni a sus padres y madres, ni al profesorado
como lo hacen otros medios electrónicos o audiovisuales, de invención y
generalización más reciente.
Dicho todo
lo anterior, con algunas reservas y excepciones, diremos que es necesario poner
los medios que estén a nuestro alcance para acercar la biblioteca escolar al
alumnado, aunque también debemos ser conscientes de que no siempre tendremos
éxito. No podemos dejar de trabajar por esta institución escolar que perpetúa
el saber y lo transmite y acerca a los nuevos ciudadanos, pero debemos hacerlo
sin la ingenuidad de pensar que vamos a conseguir el hábito de lectura en el
alumnado sólo con proponérnoslo.
7.4.2. Las posibilidades pedagógicas de la biblioteca
escolar
La
biblioteca escolar permite la democratización de los medios y materiales de aprendizaje,
ya que los pone a disposición de todas las personas que acuden a ella. Es
compensadora de desigualdades, en cuanto que proporciona a niños y niñas de familias
desfavorecidas recursos de los que carecen en su casa.
Es un espacio civilizador porque ofrece un ambiente
relajado, de reflexión y aprendizaje. Es también un lugar para practicar la
cooperación, es decir, un lugar donde niños y niñas comparten tiempos, trabajos
y lecturas con otros colegas. Es potenciadora del hábito lector para todos
aquellos niños y niñas que, debidamente motivados, acuden a sus instalaciones a
leer, consultar, hojear, etc. Posibilita el acceso a fuentes diversificadas de
información: libros, revistas, prensa, publicaciones alternativas, vídeos,
CD-rom, internet, etc.
Es
depositaria de la memoria impresa del centro escolar si en ella se guardan todas
las publicaciones que se hacen en el colegio: revistas, dossiers, monografías,
libritos y cualquier material elaborado en las clases.
Es un
espacio inagotable de aprendizaje si el usuario aprovecha todo el potencial
disponible en las estanterías.
7.4.3. Algunas reflexiones acerca del hábito lector
Muchas
personas que ahora leen o leemos con habitual frecuencia no tuvimos libros en
nuestras casas. Esas mismas personas no tuvieron la oportunidad, para bien o
para mal, de asistir a un despliegue tan grande de medios de animación a la
lectura como la que rodea ahora a nuestro alumnado.
El hábito lector tiene algo de irracional. Hay
lectores y lectoras que lo son a pesar de estar rodeados de las condiciones más
desfavorables que podamos imaginar. Por contra, las condiciones más favorables
no garantizan que quien las disfruta acabe siendo lector habitual. Atraer a
niños y niñas hacia la lectura es una tarea complicada, pues ningún tratamiento
es eficaz del todo; es más, hay tratamientos que producen efectos contrarios según
quien sea el paciente.
Con el libro y la TV pasa algo muy curioso. Es muy probable que se
lea menos aún de lo que dicen las encuestas que se lee y que se vea la
televisión bastante más de lo que se dice que se ve. ¿Se miente por un problema
de mala conciencia? La lectura es uno de los “tratamientos” de efectos más
rápidos que se puede administrar.
Por
ejemplo, incorporar vitaminas y minerales, disminuir el colesterol o el ácido
úrico, eliminar cálculos renales o biliares y mejorar la artrosis o el reuma requiere
muchas veces tratamientos largos y combinados y sólo a largo plazo se ven los
resultados. En cambio, basta leer un buen libro para incorporar automáticamente
algo de sabiduría, nuevas sensaciones y un bagaje cultural más amplio. Con
estas ventajas, no se comprende fácilmente por qué la gente sigue siendo reacia
a la lectura, por qué se aproxima a los libros con tantas precauciones y por
qué el hábito lector sigue siendo una asignatura pendiente en esta sociedad.
En este país, a diferencia de los europeos,
pasamos en los años sesenta de un gran salto –sin un afianzamiento del hábito
lector, sin afición por la lectura, sin conocer sus posibilidades imaginativas,
creativas, formativas, informativas y placenteras y sin bibliotecas públicas– a
tener televisión en todas las casas. Se perdieron así una o varias generaciones
para el noble acto de la lectura. Actualmente, la situación ha cambiado pero
sigue siendo desalentadora.
Las
acciones individuales de fomento de la lectura son de alto interés en las
escuelas y en los institutos, pero requieren un gran trabajo. Por eso, es
conveniente que un grupo de profesores y profesoras se involucre decididamente
para impulsar el funcionamiento de la biblioteca aunque lo ideal sería que
participara todo el profesorado.
Ese grupo,
organizado como Seminario, Grupo de Trabajo o similar, debe realizar reuniones
periódicas y coordinar, estimular y fomentar la adopción de una serie de
acciones encaminadas a poner en funcionamiento la biblioteca escolar con los
siguientes objetivos: satisfacer las necesidades de lectura placentera y de
consulta de documentos variados; dar respuestas a los interrogantes que los
estudiantes formulen; proporcionar al profesorado todo tipo de medios para ofrecer
una enseñanza más activa; permitir al alumnado ser protagonista y capacitarlo
para manejar todos los recursos documentales.
La
biblioteca escolar puede y debe funcionar como una tela de araña, de manera que
sea el lugar de encuentro de todas las personas relacionadas con la enseñanza.
Debe establecer relaciones con la biblioteca pública e, incluso, actuar como
biblioteca pública si la localidad carece de ella.
En
resumen se pueden establecer las siguientes interacciones en la biblioteca
escolar:
El
seminario de la biblioteca
Es
responsable de la organización, de la elaboración del plan anual de actuación y
de la memoria anual.
Elabora
materiales diversos: carnets, boletín informativo, diarios de lectura,
materiales curriculares.
Trabaja
en la autoformación, mediante reuniones, lectura de prensa especializada,
libros específicos, intercambios...
Diseña
actividades que favorezcan el uso y contribuyan a la dinamización y animación.
Se
mantiene un intercambio de publicaciones, de materiales y de experiencias con
colectivos e instituciones.
Se
realizan peticiones de materiales, libros, información, etc. a diversas
entidades y colectivos.
Se
envían artículos-memoria de las experiencias y actividades realizadas para su
publicación o reseña en revistas especializadas.
Se
realizan dossieres-hemeroteca con la recopilación anual de materiales de prensa
relacionados con libros, lectura y bibliotecas.
Se
realiza una divulgación oral y escrita de lo que se va haciendo y
experimentando.
Se
mantienen relaciones de colaboración con el Centro del Profesorado de la zona.
El profesorado
Recibe
información de todas las actividades proyectadas.
Dispone
de una hora semanal, como mínimo, para utilizar la biblioteca con su clase.
Colabora
directa o indirectamente en las actividades propuestas.
Propone
compras de libros o colecciones.
Visita
en horario lectivo, con su clase, las exposiciones.
Formaliza
préstamos temporales en bloque para llevar al aula.
Los padres / madres / AMPA.
Reciben
trimestralmente el boletín de la biblioteca.
Visitan
las exposiciones.
Pueden
coger libros prestados, como el alumnado.
Subvencionan
mobiliario y compra de libros.
Abren
la biblioteca algunas horas a la semana.
Reciben
periódicamente guías de lectura.
El alumnado
Dispone
de un servicio diario de préstamo.
Forma
parte del grupo responsable de la gestión diaria: fichado, etiquetado,
formalización de préstamos y devoluciones...
Colabora
en actividades de animación y dinamización.
Tiene
acceso diario a la consulta y lectura en sala.
Puede
utilizar todos los soportes que contienen información: libros, revistas,
periódicos, CD-rom, vídeos...
Colabora
en la confección del boletín trimestral y en otras publicaciones.
Aprende
a manejarse en ella, a través de actividades de formación de usuarios.
Completa
tras sus lecturas el “Diario de lectura.
7.4.4. Animando a leer
¿Cómo animar a la lectura desde la
biblioteca escolar? Parecería suficiente con que existiese y estuviese abierta,
pero no es así. Hoy día, asistimos a una paradoja que no es fácil de explicar:
se publican más libros que nunca (buenos y malos), se cuidan las ilustraciones
al máximo produciendo auténticas obras de arte, los libros, aun sin ser
baratos, están próximos al ciudadano, incluido el ciudadano “pequeño”, y la
gente los compra curiosamente, pero los índices de lectura se mantienen en
niveles insatisfactorios.
Se dice que la escuela puede ser un buen
lugar para fomentar los hábitos de lectura y para inocular el benigno virus de
la lectura entre el público infantil y juvenil, pero no debemos olvidar que una
importante tarea debe realizarse en el seno de la familia, ya que lo que se
consiga en la escuela dependerá en buena medida de ello.
Se hacen cursos para formar al profesorado;
se aprueban programas temporales para dotar algunas bibliotecas escolares; se
recomienda a padres y madres que lean a sus hijos e hijas y que, a su vez, lean
para que sirvan de ejemplo. Se realizan, encuentros, jornadas, congresos y
otros foros de análisis y discusión de la situación en la que nos encontramos
respecto al aprecio de la lectura por parte de las generaciones jóvenes.
Se considera la lectura como una actividad
libre, individual, imaginativa, creadora, solidaria, compensadora, intelectual
y recreativa. Y a pesar de todo, el mazazo de la estadística lectora hunde en
el desánimo a padres, madres, profesorado, editoriales, profesionales del libro
y de la biblioteca, escritores y escritoras, etc.
A continuación, se ofrece un repertorio de
pequeñas o grandes acciones que pueden ponerse en práctica desde la biblioteca
escolar o desde las aulas. Tratan de presentar el libro y la lectura como
posibilidades cercanas, como experiencias posibles para que los jóvenes acaben
eligiendo un libro voluntariamente para sus ratos libres. Ni son las únicas
posibles, como es fácil deducir, ni son tampoco absolutamente originales, pero
están probadas y la mayoría en funcionamiento. Son acciones de recuerdo y de
sensibilización que quieren ganar afectivamente al lector o lectora joven,
además de conectarles con el espacio bibliotecario y los libros. Es muy importante
la manera de ponerlas en práctica y el éxito depende de cómo las siente y las
vive el responsable o los responsables de llevarlas a cabo.
1. Carné de lector/a. Puede ser un sencillo documento
personalizado, con espacio para escribir el título y la autoría de cada libro
leído. Dicho documento serviría para premiar al lector del mes, del trimestre,
del año[1].
El premio, lógicamente, un libro.
2. Carné del Club de Amigas y Amigos de la Biblioteca Escolar.
Pertenecer a este “selecto” club requiere cumplir con algunas obligaciones:
tratar bien los libros, no desordenarlos, acudir frecuentemente a la
biblioteca, leer, contar lo que hemos leído... Puede ser una alternativa al
“carnet de lector” descrito más arriba, cuando éste ya lleva unos años
funcionando.
3. Edición de un boletín o revista de publicación
periódica con las novedades, con noticias de la biblioteca, noticias culturales
y experiencias que se van desarrollando en las clases. Le permite participar en
sus contenidos con valoraciones personales de libros leídos, colaboraciones
creativas, pequeños trabajos de investigación etc. Y es importante que llegue
también a cada familia para potenciar la valoración familiar de la lectura y
del funcionamiento de la biblioteca escolar y generalizar, en lo posible, una
sensibilización especial hacia la lectura, el libro y la biblioteca.
5. Completar individualmente el Diario de lectura.
Es un documento con pretensiones de memoria lectora individual, donde anotan
unas breves pinceladas del libro leído y que guardarán como recuerdo de sus
lecturas infantiles y juveniles.
6. Presentación de la biblioteca. Son visitas de
clases completas, guiadas por la persona responsable de la biblioteca para
presentar las distintas secciones, los contenidos de cada una, la recogida de
sugerencias, la disposición de fondos, las posibilidades que alberga, etc. Una
tarea que es conveniente repetir cíclicamente para que chicos y chicas exploren
bien las posibilidades que su biblioteca les ofrece.
7. Actividades de formación de usuarios. Podemos
elaborar un cuadernillo donde los erstudiantes, con la ayuda del
bibliotecario/a completen una ficha bibliográfica, practiquen la localización
de fondos usando los ficheros, aprendan el significado de los símbolos
contenidos en un tejuelo y conozcan las secciones definidas en la CDU. Sencillas
actividades que también les permitirán desenvolverse algo mejor en la
biblioteca pública a la que acudan. Tenemos a nuestra disposición otros materiales:
proyecciones de diapositivas, visionado de vídeos, etc. que también ayudan en la
tarea.
8. Ofrecer a los niños y niñas de los cursos altos
la posibilidad de ejercer dem bibliotecarias y bibliotecarios para ordenar los
fondos, formalizar préstamos y devoluciones, orientar a los pequeños, colaborar
en algunas actividades... Se les ofrece, en definitiva, la posibilidad de
ejercer una responsabilidad que consiste en facilitar la apertura de la
biblioteca y prestar un servicio temporal a sus compañeros y compañeras.
10. Elaboración de guías temáticas de lectura con
motivo de una efemérides cultural, de la organización de una “semana” sobre
cuentos o poesía, para presentar una compra importante de fondos
7.5. Acciones de uso habitual en la biblioteca
Son
actividades que se realizan a lo largo de todo el curso en la biblioteca.
Acciones habituales que convierten la biblioteca en un espacio de aprendizaje,
de lectura, de uso de fuentes documentales y en un auténtico centro de recursos
para el profesorado y el alumnado.
1. Apertura diaria para que todo el alumnado pueda
acudir libremente a la sala de lectura con fines diversos: buscar información,
terminar trabajos, coger libros prestados etc..
2. Posibilidad de préstamo de libros con trámites
fáciles. El préstamo alarga hasta la casa familiar el contacto con los libros.
Además hay niños y niñas con notables carencias de libros en casa y, de esta
manera, paliamos en parte el problema.
3. Acudir al lugar de lectura en grupo acompañados
del tutor o tutora, del profesorado de lengua o del de cualquier otra área, al
menos una hora a la semana. No deberíamos permitirnos menos que eso. Los lectores
tienen total libertad para elegir el libro que quieran y para cambiarlo si no
les gusta. Un día pueden ser libros, otro revistas de divulgación o cómics,
prensa, libros de conocimiento, revistas escolares, publicaciones del colegio
etc.
4. Lecturas en voz alta, por parte del profesor de
cuentos, poemas, noticias de prensa etc. Cada día, como el vaso de leche de la
mañana o como el bocadillo del recreo, sin pedir nada a cambio, sólo escuchar
y, si alguien quiere, hacer un comentario.
5. Intercambios de experiencias lectoras. Un
alumno/a, semanalmente, explica el último libro leído y regala a sus compañeros
y compañeras algo, hecho por él o ella, relacionado con ese libro: un pequeño
poster, un dibujo, una poesía, un trabajo manual. Los compañeros, preguntan
sobre el libro. El profesor también deben colaborar en esta actividad y contar
algunos de los libros que va leyendo.
6. Mesas redondas. Cuando 3 ó 4 estudiantes han
leído un mismo libro, se pueden hacer mesas redondas para contrastar opiniones.
Es conveniente disponer demedia docena de ejemplares de algunos libros para
hacer posible esta actividad.
7. Lectura en voz alta de un mismo libro por parte
de toda la clase. Cada alumno lee un fragmento. Luego se comenta lo leído, se
opina y se pueden hacer actividades creativas derivadas de la lectura. Si de
dicho libro se ha hecho una película, una vez terminada la lectura del mismo,
se ve dicha película y se contrasta el lenguaje literario con el
cinematográfico. Además, se contrasta la experiencia imaginativa individual de
la lectura con la forma de ver el libro y de reinterpretarlo por el director o
directora de la película.
8. Promover la lectura en otros soportes
informativos: prensa, revistas científicas, suplementos infantiles de algunos
periódicos... Si se dispone de equipamiento informático, usar el CD-rom como
material de consulta informativa.
9. Promover actos de recitación o de dramatización
de poemas, libros, cuentos, etc. ante el resto de compañeros y compañeras de la
clase. Preparar recitaciones o lecturas para cursos pequeños que acuden a la
biblioteca a escucharlos.
10. Favorecer los préstamos de bloques de libros de
la biblioteca escolar para nutrir temporalmente las de aula y llevar así
novedades a la clase; libros de lectura imaginativa o recreativa o libros de
conocimiento sobre temas de ciencias naturales, historia, etc.
7.6. Acciones
de sensibilización cultural y de participación de la comunidad escolar
La biblioteca debe ser un lugar donde se
potencia la cultura, donde se ofrecen pequeñas exposiciones de novedades, de
materiales de prensa, de posters; donde se ofrece información diversa; la
biblioteca debe ser generadora de múltiples hechos culturales de interés.
Para ello, es necesario iniciar una serie de
acciones como las siguientes:
1. Mantener en la biblioteca una cartelera
actualizada con todas las noticias que se refieran a libros, lectura, escritores
y escritoras, premios literarios, centenarios y cualquier hecho cultural.
2. Crear espacios para la exposición de
publicaciones que se van haciendo en las clases: libritos de poesía, revistas
de clase, monografías, etc. Mantener una sección en la biblioteca donde se
archiven todas las publicaciones que se hacen en el colegio.
3. Realización de dosieres de prensa monográficos
sobre autores de actualidad, sobre autores que son noticia por diversas
razones, sobre noticias rescatadas de la prensa que hablen de libros, lectura,
bibliotecas, escritores y escritoras, etc. Se dejarán expuestos en lugar
visible para su lectura y consulta.
4. Realización de “semanas”, exposiciones, etc.
desde la biblioteca escolar, convirtiéndola en un espacio dinámico que le haga
merecedora de la consideración de lugar de alto interés para el alumnado y el
profesorado del centro. Estas actividades podrán tener como punto de arranque
la poesía, la ilustración, el cine, los cuentos, los viajes, los espacios
naturales, la paz y la tolerancia, etc. En muchas ocasiones, el tratamiento ha
de ser interdisciplinar: hay que leer, escribir, dibujar, colorear, imaginar y
crear, aportar materiales diversos y de distintos temas. Estos montajes ayudan
también a completar con materiales nuevos las secciones de la biblioteca, pues
proponen reflexiones sobre si los fondos disponibles de un determinado tema son
o no suficientes, están actualizados, etc. y abren el camino para nuevas
compras. Se anima a padres y madres y al público en general a visitar las
exposiciones e, incluso, pueden “alargar su vida” transportándolas a la
biblioteca pública para hacer partícipes de nuestro trabajo a otras personas.
5. Realizar sesiones de cuentacuentos, echando mano
de personal especializado, madres, abuelas y personal del colegio.
6. Mantener un espacio donde se presenten las
novedades que se van incorporando a la biblioteca. Es éste importante capítulo
de la incorporación periódica de novedades que vayan alimentando la biblioteca
de sorpresas.
7. Colocar por diferentes lugares de la biblioteca
“citas lectoras”, párrafos significativos de libros que hay en la biblioteca y
que pueden servir de reclamo para que los escolares busquen el libro del que
han sido sacadas y quieran leerlo.
8. Elaboración de posters utilizando fotografías
sacadas de revistas y periódicos en las que se ven personas leyendo, con
estanterías de libros detrás, con libros en las manos y que pueden servir como
puntos de sensibilización hacia la lectura. En el poster escribiremos frases
como “Cuando tantas personas leen, por algo será...” o “Todas estas personas
tienen una biblioteca detrás, tú la tienes delante, ¡aprovéchala!”, etc.
9. Ofrecer una sección de libros para adultos, para
el profesorado y para madres y padres, con el fin de que niños y niñas vean que
también los mayores acuden a la biblioteca. El valor ejemplificador de esta
práctica puede ser positivo.
10. Promover actividades de escritura que se
divulguen: cuentos individuales ilustrados, libros de poesías, colaboraciones
para las revistas del colegio, periódicos de aula, colaboraciones para
suplementos escolares de algunos periódicos. La escritura y la lectura son
actividades que estén estrechamente unidas.
11. Mantener un expositor de publicaciones
periódicas donde se expongan para su lectura revistas escolares, revistas que
se reciben como intercambio, revistas recibidas por suscripción. Tener un
archivo de las mismas.
12. Intercambio y buena relación con las
bibliotecas públicas e infantiles de la localidad. El préstamo interbibliotecario,
especialmente desde la pública hacia la escolar y la posibilidad de que algunas
acciones de la escolar se extiendan hasta la biblioteca pública, genera un
ambiente positivo hacia el libro y la lectura.
Las actividades de animación a la lectura no
deben presentarse de una forma aislada del currículo sino integrada en un
proyecto lector del centro, consensuado y planificado por el profesorado. Una
vez que se haya pensado en la necesidad de realizar determinadas actividades
relacionadas con las líneas pedagógicas del centro se deberá acudir a las
personas o empresas que puedan organizarlas y no al revés. Estas actuaciones
aisladas, tales como encuentros con autores, mesas redondas, charlas, etc.,
no tienen un sentido pedagógico si no responden a una política lectora
continuista y a un plan lector de centro.
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7.6.1. La escritura
Escritura
y lectura deben caminar estrechamente unidas. Es posible que una lleve a la
otra y viceversa. Por tanto, cuando hablamos de animación lectora no debemos perder
de vista la invitación a que los chicos y chicas escriban. Comprometidos ya a
estas alturas con la dinamización de la biblioteca, qué podemos hacer para
estimular la escritura. No siempre podremos hacerlo desde la biblioteca
escolar. Si lo hacemos desde la clase procuraremos que lo que allí produzcamos
acabe en la biblioteca para que sea mirado y leído por todos los estudiantes
que lo deseen.
Señalamos
algunas acciones que podemos llevar a cabo:
1.
Confección de cuentos individuales o colectivos, en soportes distintos, de formas
diferentes (troquelados, gigantes, mínimos).
2.
Cuadernos de noticias. Diariamente, escribiremos en un cuaderno un resumen de
la noticia que se trae a clase y que se comenta. Al final del curso, el
cuaderno contendrá un interesante repertorio de notas de actualidad.
3.
Diario de la clase. Cada semana, un encargado irá escribiendo un diario de los
sucesos más notables y de las anécdotas que van ocurriendo en clase.
4.
Revistas escolares de aula, de ciclo, de colegio que recojan las actividades
más innovadoras y sugerentes para divulgarlas.
5.
Confección de libritos con los recuerdos de los abuelos y abuelas o de los padres
y madres. Los chicos y chicas hablan con ellos y luego redactan sus trabajos de
investigación. La suma de todos los trabajos constituye una publicación de
interés porque rescata y facilita el acceso (a través de su lectura) a otro
tiempo, a otras vivencias, con protagonistas conocidos.
6.
Libros de costumbres y folclore que recuperen informaciones sobre cómo se
celebraban las fiestas populares, los juegos infantiles, el folclore oral, las
creencias y supersticiones, los remedios caseros para curar enfermedades, la
gastronomía popular etc. Con todo ese material podemos hacer sencillas
publicaciones monográficas o podemos alimentar algunas páginas de las revistas
del colegio.
7.
Libros de viajes. Una salida al entorno, la excursión de fin de curso, una
visita a un taller artesano, etc. dan para escribir sensaciones,
descubrimientos, contar lo que se ha visto, lo que hemos escuchado, lo que se
ha vivido y confeccionar un librito resumen, un librito recuerdo.
8.
Libros de cuentos y leyendas. Los abuelos y abuelas contarán los cuentos y leyendas
que ya les contaron a ellos y a ellas. Con todo lo recogido, bien organizado y
cuidadosamente ilustrado, confeccionaremos uno o varios libros…
8. Coordinación Competencia Básica Lingüística
1) Se elaborará una prueba semestral para
evaluar el grado de habilidades en lecto-escritura, expresión oral y
comprensión del alumnado con el ánimo de observar la evolución en las mismas.
La información extraída de los mismos se pondrá en común y se marcarán
directrices de actuación para paliar en la medida de lo posible las
deficiencias y potenciar la lectura, el diálogo coherente y la participación
ordenada.
2) A partir de dichos datos se deberán de
modificar las adaptaciones que del Plan Lector se encuentren recogidas en las
Programaciones Didácticas en aquellos casos en que sea necesario.
3) Conjuntamente con el departamento de
orientación se valorará el grado de aplicación de las directrices y protocolos
de actuación colegiados necesarios para la buena marcha del sistema. La omisión
en dicha responsabilidad por parte de cualquier profesor de un equipo educativo
podrá suponer la convocatoria de su RED correspondiente en cualquier momento
del curso.
4) Una vez obtenidos los resultados de las
evaluaciones en lecto-escritura, expresión oral y comprensión del alumnado se
cruzarán dichos datos con los obtenidos en las evaluaciones trimestrales, tanto
individuales como colectivas, que de la competencia en Comunicación Lingüística
de hagan. Se creará una comisión compuesta por cinco profesores y profesoras de
diferentes departamentos que estudiará dicha información con el fin de valorar
y ajustar las medidas de cada departamento, así como las medidas colegiadas en
todo el centro y, en su caso, elevarán propuestas a la CCP. La comisión tendrá
carácter rotatorio y sus miembros se irán alternando a lo largo de los
trimestres. La primera será la encargada de elaborar las plantillas y
directrices metodológicas de actuación, pautas que por otra parte podrán ser
modificadas en las sucesivas reuniones.
8.1. La expresión oral como elemento fundamental del
discurso elemental de clase
1) Cada departamento valorará en su justa
medida el grado de comprensión de los contenidos propios de la materia a través
de preguntas o exposiciones de carácter oral donde el alumnado deba de exponer
sus conocimientos en uno u otro tema. Se extraerá una nota puntual que pasará a
formar parte de los datos referidos a la comunicación lingüística y utilizados
para la calificación de esta competencia.
2) Los datos anteriormente consignados
pasarán a formar parte de los elementos de valoración de la competencia y por
tanto deberán ser tenidos en cuenta para las posibles concreciones curriculares
tratando de separar aquellos que se refieran a la comprensión de los meramente
expresivos o argumentativos a los formales, dicción, entonación, etc.
EJEMPLO
DEPLANTILLA PARA LA
EVALUACIÓN DE LA
EXPRESIÓN
ORAL
9. Evaluación del Plan Lector
El Plan Lector que aquí se muestra presenta varias
líneas de actuación y por tanto la evaluación del mismo deberá de descansar en
los diferentes niveles de concreción de sus diversos ámbitos.
1. Valoración general de la adecuación
de los objetivos a las necesidades del centro mediante una revisión continua de
la adaptación del mismo a las demandas sociales y educativas del momento. Será necesario elaborar un plan
evaluador de seguimiento de la adecuación del Plan a las necesidades sociales
reales y para eso se deberán de establecer y revisar éstas de manera también
periódica.
2. Evaluación docente del
alumnado donde se especifiquen los niveles de las habilidades en lecto-escritura
y comprensión del alumnado así como la adquisición de valores universales,
espíritu crítico y hábitos de formación y estudio. Elaboración de tablas
estadísticas para futuras revisiones con la intención de poder establecer los
progresos o retrocesos académicos.
3. Valoración de los logros
conseguidos en el plan de animación a la lectura y difusión de los fondos:
seguimiento, implicación del profesorado y del alumnado, información sobre los
diferentes soportes informativos y los diferentes códigos, verbales, icónicos,
sonoros y audiovisuales y los medios de comunicación específicos.
4. Evaluación de los cambios y
mejoras de los materiales informativos, de los temáticos, de los nuevos
soportes y del fondo documental de la biblioteca. Supervisión del plan de
recogida, selección, recuperación y transmisión de la información.
5. Evaluación del plan de
formación y animación a la lectura en el ámbito familiar.
6. Supervisión de la inclusión de las
directrices marcadas por el Plan Lector en las Programaciones Didácticas
Integradas: uso activo e integrado de la biblioteca como fondo documental, plan
de formación en la lectura y en códigos no textuales, presencia mayor o menor
de la competencia comunicativa en la práctica docente, en los diseños
curriculares, en la metodología del aula y en la evaluación de tareas. Presencia
de la comunicación lingüística en los distintos tipos de currículo: formal,
informal y no formal.
7. Seguimiento de los planes
de tutoría en lo tocante al trabajo sobre técnicas de estudio (por niveles
educativos) y de tratamiento de la información.
8. Evaluación del seguimiento
de la
Competencia Lingüística en la rutina diaria y su adecuación a
las necesidades de cada momento.
9. Evaluación del seguimiento
de la expresión oral, dicción, argumentación, debate… como elemento fundamental
del discurso elemental de clase.
10. Evaluación del plan en el presupuesto
(Comisión Económica – Consejo Escolar): gastos de inversión y gastos de
mantenimiento.
Bibliografía:
- Abelló, L. et. al., 2008, Diario de familia. Las competencias básicas y el currículum informal, Proyecto Atlántida, Madrid.
- Botella Bonilla, E. et. Al. (coord.), Bibliotecas escolares, Ministerio de Educación.
- Cómo organizar una Biblioteca Escolar. Aspectos técnicos y pedagógicos. Gobierno de Navarra Departamento de Educación y Cultura, 2000.
- Coronas Mariano La biblioteca escolar. Un espacio para leer, escribir y aprender. Gobierno de Navarra Departamento de Educación y Cultura.
- Luengo, F. y Bazo, P. (coord.), 2009, La práctica de la comunicación lingüística. Propuesta de trabajo y documentación para la mejora de la comunicación y las siete destrezas básicas, Proyecto Atlántida, Madrid.
- H:\Biblioteca\Pautas para un proyecto de organización de bibliotecas escolares.htm
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