lunes, 23 de noviembre de 2015

Plan Lector Integrado.





LOS MATERIALES DEL
PROYECTO LLICIU
 
Modelo de Plan Lector Integrado universal
Trabajo elaborado en el IES Bernaldo de Quirós
Mieres del Camín (Asturies)
para el CPR del Nalón-Caudal.
                                                                                                 


 

ÍNDICE


1. Introducción                                                                                     
2. Objetivos a corto plazo                                                                    
3. Objetivos a largo plazo                                                                        
4. Directrices generales y metodológicas                                                 
5. Estructura de tareas                                                                             
6. Condiciones generales para su impartición                                           
7. PLAN LECTOR / BIBLIOTECA                                                                   
7.1. Organización y plan de gestión                                             
            Cuestionario para la situación de partida                           
            Esquema para análisis de la situación inicial                       
            7.2. La catalogación de los fondos                                                  
            7.3. Base de datos, organización e información                               
                        7.3.1. Tipos de préstamo                                                  
7.3.2. Política de préstamo                                                
7.3.3. Difusión e información de los fondos                       
7.4. Animación a la lectura
7.4.1. La lectura                                                                         
7.4.2. Posibilidades pedagógicas                                        
7.4.3. Reflexiones acerca del hábito lector                         
7.4.4. Animando a leer                                                     
7.5.  Acciones de uso habitual en la biblioteca                               
7.6. Acciones de sensibilización y participación                               
7.6.1. La escritura                                                             
8. Coordinación Competencia Básica Lingüística                                                        
8.1. La expresión oral                                                                    
9. Evaluación del Plan Lector                                           
10. Bibliografía                                                                                  




1. Introducción

   La reforma educativa, en los currículos de todas las áreas y niveles, pone especial interés en el manejo de las fuentes de información en todo tipo de soportes: libros, revistas, CD-ROM, disquetes de ordenador, vídeos, mapas, diapositivas, etc., con el fin de que el alumnado realice una lectura comprensiva de ellas y forme su criterio propio y personal. Además, el profesorado tiene que atender a la diversidad de capacidades y ritmos de aprendizaje de su alumnado, para lo que necesita disponer de materiales y acudir constantemente a la biblioteca escolar, que deberá ofrecerse como un centro de recursos bien organizados y centralizados.

    Los planteamientos pedagógicos de los diferentes currículos se basan en el aprendizaje activo y autónomo, lo que requiere poder contar con los recursos necesarios. Así pues, la biblioteca escolar debe facilitar el libre acceso a las fuentes de información y propiciar la igualdad de oportunidades de todos los estudiantes con independencia de su condición social y cultural.

   Cada vez es más frecuente la inclusión de programas de lectura comprensiva en los Proyectos Educativos y su puesta en marcha implica la necesidad de gestionar adecuadamente la biblioteca del centro. Se pretende animar y asesorar al profesorado responsable de la biblioteca escolar para que organice adecuadamente sus recursos y propicie el aprendizaje activo de todas las áreas mediante un proyecto de biblioteca integrado en los objetivos pedagógicos generales del centro.




2. Objetivos a corto plazo

1.      Adecuación de los objetivos a las necesidades del centro mediante una revisión continua respecto a las demandas sociales y educativas del momento.
2.      Se tratará en todo caso de profundizar tanto en una adecuada formación lectora como en una sólida formación documental.
3.      El Plan se dirigirá a formar de manera competente tanto a los ya lectores como a animar a la lectura a aquellos que aún no lo son tratando de despertar el interés por la lectura como medio de entretenimiento y ocio.
4.      Se elaborará un cuadro donde queden reflejados los datos correspondientes a la evolución de las habilidades en lecto-escritura y comprensión del alumnado. Las pruebas materiales serán archivadas en el expediente personal de cada alumno.
5.      Se fomentará en todo caso el espíritu crítico del lector o la lectora ante los medios documentales e informativos tratando de promover actitudes reflexivas y críticas como de valores de integración y socialización.
6.      La biblioteca tratará de adaptarse, en la medida de lo posible, a la diversidad de sus potenciales usuarios, así como a los nuevos cambios y demandas sociales, tanto en los nuevos enfoques informativos o temáticos como en los nuevos soportes. Para ello no se centrará en exclusiva en la creación de un fondo documental sino también en la recogida, selección, recuperación y transmisión de la información.
7.      Se animará constantemente a las familias a participar del presente Plan así como a disfrutar de los recursos de la biblioteca y del centro.
8.      El uso de la biblioteca como fondo documental será recogido de manera activa en todas las programaciones didácticas. Para ello se seguirán las directrices marcadas por los responsables de ejecutar el presente plan. De todos modos deberá de recogerse, de manera genérica, un plan de formación en la lectura y tratamiento de textos y de códigos no textuales.
9.      Además de las fuentes textuales, literarias, técnicas, documentales… deberá de promoverse con la misma intensidad el uso y conocimiento de los diferentes soportes y los diferentes códigos, verbales, icónicos, sonoros y audiovisuales y los medios de comunicación específicos. Es de entender que una biblioteca hoy en día no debe de circunscribirse exclusivamente al universo de los textos escritos.
10.     Se elaborará paralelamente un plan dirigido a fomentar las técnicas de estudio, y a salvaguardar las deficiencias en el tratamiento de la información.
11.     El objetivo fundamental que debe de subyacer a toda acción programada será el de la formación integral del individuo en lo tocante a las fuentes documentales, a la información y a la adquisición de valores universales, espíritu crítico y hábitos de formación y estudio.



3. Objetivos a largo plazo

La noción “a largo plazo” no debe de entenderse nunca como una meta a conseguir en un futuro para la cual se trabajará el día de mañana. Muy al contrario, se trata de evidenciar el carácter de finalidad a la que deben de dirigirse ya los primeros pasos.


            PLAN LECTOR / BIBLIOTECA

1.      Equilibrar el fondo
2.      Garantizar la disponibilidad de los documentos
3.      Difundir los fondos y hacer que circulen por el centro educativo
4.      Ampliar las posibilidades de uso pedagógico de la biblioteca escolar
5.      Animar a las familias a participar en la educación de sus hijos a través de la adquisición de hábitos personales de lectura.
6.      Integrar la Competencia Lingüística en la rutina diaria como columna vertebral del desarrollo académico, amoldándola a las necesidades de cada momento.
7.      Abordar colegiadamente los parámetros de lecto-escritura recogidos en los documentos oficiales así como educar en el análisis crítico en modo, contenido y forma.
8.      Introducir la expresión oral, dicción, argumentación, debate… como elemento fundamental del discurso elemental de clase.



4. Directrices generales y metodológicas

   Para la concreción del presente Plan Lector a lo largo de los años venideros se tendrán en cuenta los siguientes ejes directores:

  • Fomento constante de la transversalidad e interdisciplinaridad
  • Fomento del uso de los materiales e instalaciones
  • Modificación del PEC y del PCC e inclusión de los planes en las PGA’s
  • Inclusión del plan en el presupuesto (Comisión Económica – Consejo Escolar)
o   Gastos de inversión: compra de libros  y otros documentos, instalaciones y mobiliario, equipos informáticos, equipos audiovisuales, etc.
o   Gastos de mantenimiento (5% del total): reposición de documentos deteriorados, material fungible, organización de actividades de dinamización, mantenimiento del equipo informático y audiovisual, telecomunicaciones, etc.
·         Modificación de las PDI.
o   Redacción de las necesidades de cada departamento para la elaboración de una organización común.
o   Redacción de una metodología común.
o   Secuenciación y temporalización
o   Gestión de los recursos didácticos y documentales
o   Difusión de la información
·         Gestión automatizada
·         Ofrecer nuevas herramientas y soportes para la información e investigación
·         Evaluación y análisis de los logros conseguidos y trazado de las nuevas líneas a seguir en próximos cursos
·         Metodología adecuada
·         Biblioteca:
o   Compra de libros.
o   Catalogación.
o   Cooperación interbibliotecaria .
o   Difusión de los recursos en el centro.
o   Integración de la biblioteca en los procesos educativos del centro.
·         Atención a los aprendizajes lingüísticos desde todas las áreas.
o   Aprendizajes lingüísticos centrados en el uso de la lengua.
o   Interdependencia común de todas las lenguas.
o   Prácticas discursivas.
o   Respuesta educativa del centro.
o   Modificación de la práctica docente.
o   Búsqueda de consensos entre ámbitos.
o   Se intentará incidir en aspectos de integración tales como la igualdad de sexos, razas, etc., la multiculturalidad, el ecologismo…
o   Implicación de todas las áreas.

  Se seguirán las directrices del MER, Marco Europeo de Referencia diseñado por el Consejo Europeo donde se definen lo que tienen que aprender a hacer los estudiantes, los niveles de dominio de la lengua y que fomenta, facilita y apoya los esfuerzos del profesorado y del alumnado definiendo objetos útiles y realistas. Se alude expresamente a la necesidad de enfocar el aprendizaje sobre tres aspectos fundamentales: las competencias necesarias; la capacidad de poner en práctica esas competencias y la de emplear las estrategias necesarias para ponerlas en práctica.

En este documento la Competencia Comunicativa se divide en:

·         Lingüística: léxica, gramatical, semántica, fonológica, ortográfica y ortoépica.
·         Sociolingúística: marcadores lingüísticos de relaciones sociales, normas de cortesía, refranes, diferencias de registro, dialecto y acento.
·         Pragmática: discursiva y funcional.

   Elementos todos que, junto con los elementos generales discursivos nos permitirán marcar la dirección hacia la que dirigir nuestras evaluaciones y concreciones particulares y colegiadas, elaborando de este modo la coordinación de descriptores e indicadores. Para ello se elaborarán los respectivos porfolios en comunicación, que comprenderán en su totalidad las destrezas simbólicas, tanto orales y escritas en las diversas lenguas como sonoras, visuales, audiovisuales, etc., así como sus respectivas rúbricas para poder ser evaluadas correctamente.

   Con ello se pretende que en el porfolio personal del alumnado se archiven el pasaporte de lenguas (actualizado por el titular o el tutor con su nivel competencial), la biografía lingüística (donde se incluyan las diferentes experiencias en cada lengua) y el dossier (con ejemplos de trabajos personales (trabajos, diplomas, trabajos escritos, proyectos, grabaciones en audio, vídeo, representaciones y presentaciones de todo tipo, etc.). Documento este que podrá ser demandado en todo momento por el profesorado y del que puede interesar tener una copia en el expediente personal del alumno que se vaya actualizando semestralmente, conjuntamente con las pruebas semestrales que a través del Plan Lector se lleven a cabo para la valoración de las destrezas expuestas con anterioridad. Estas valoraciones tendrán un carácter relevante dentro del expediente académico personal, con todo lo que dicha responsabilidad conlleva, y suponen el hecho de que el centro certificará y avalará los niveles alcanzados a través de sus responsables primeros y últimos, esto es, el alumno o alumna podrá en circunstancias normales ser competente en comunicación en los apartados descritos en el documento.
           
   Las Competencias Básicas siempre estarán ligadas al concepto de cultura y por lo tanto aparecerán necesariamente contextualizadas. Éstas permiten integrar el sistema activando toda materia, área y todo tipo de aprendizajes. Aprendizajes que serán integrados y pondrán en relación los contenidos de las diversas áreas en los diversos contextos y situaciones. Además organizarán en propio sistema al identificar los contenidos con los criterios de evaluación y dirigirán, pues, la práctica docente.

   Se propone que las destrezas se dividan en productivas, receptivas e interactivas y se añade una más a la interactiva quedando definidas en total siete: hablar, escribir, escuchar, leer, recepción audiovisual, interacción oral e interacción escrita.

   El presente Plan pretende desarrollarse en cada uno de los cinco niveles de integración o ámbitos curriculares:

1.      Presencia mayor o menor de la competencia comunicativa en la práctica docente: tareas y actividades.
2.      Presencia de la competencia comunicativa en los diferentes elementos de los diseños curriculares: objetivos, contenidos, criterios de evaluación.
3.      Presencia mayor o menor de la competencia comunicativa en la metodología real del aula, fomentando la reflexión sobre los modelos y métodos de enseñanza.
4.      Presencia de la competencia comunicativa en la evaluación de tareas.
5.      Presencia de la comunicación lingüística en los distintos tipos de currículo: formal, informal y no formal.





5. Estructura de tareas para un currículo basado en competencia comunicativa, a partir de la actividad en el aula

   Elaboración de una adecuada estructura de tareas donde se diseñen las experiencias necesarias para la adquisición de una competencia. Deberán de guardar un correcto equilibrio entre las tareas que prestan atención al significado y las que prestan atención a la forma, a la fluidez y a la corrección. Para la consecución de un resultado satisfactorio es necesaria la elección de un contexto adecuado, quedando, por tanto, las acciones repetitivas y de memorización relegadas a un segundo plano por fomentar la linealidad discursiva frete al pensamiento de red e integrado competencial.

   Para ello serán revisadas la adecuación de los descriptores comunes a todas las materias con los criterios correspondientes y ambos con la tarea trabajada tratando en primer lugar de cubrir la totalidad de los elementos curriculares y más tarde revisándolos para buscar nuevas tareas que impliquen al mayor número de materias posible. Es necesaria una visión operativa de cada una de las competencias y el desarrollo de la comunicación lingüística: las relaciones entre objetivos, contenidos y criterios de evaluación con la competencia lingüística.

   Disponiendo la competencia en comunicación en el centro vertebral del armazón curricular se revisarán periódicamente los límites de las áreas en lo tocante a las contribuciones que puedan llevar a cabo a cada una de las demás competencias. El trabajo en competencias básicas lleva acarreada la revisión continua de las prácticas docentes con el fin de mantener aquellas que son válidas: análisis de concepciones previas, elaboración de proyectos, trabajo en equipo del profesorado, relación familia-centro…, modificar unas: definir y seleccionar actividades que solo son útiles en el contexto académico, utilizar el libro de texto como único recurso didáctico, concebir la evaluación como exclusivamente calificación… e incorporar algunas prácticas nuevas: análisis de las tareas del profesorado propuestas al alumnado, desarrollo de tareas interdisciplinares en el currículum formal, informal y no formal.

   Se integrarán y revisará la mecánica de los procesos cognitivos en la práctica docente y la elaboración de tareas. Para su valoración es conveniente revisar el Marco Europeo de las Lenguas (2002) y definir así las rúbricas conjunta y paralelamente a la definición del porfolio correspondiente. Para ello los noveles competenciales aludidos en los documentos oficiales serán meras guías, dado que se entiende que el alumno o alumna pueda sobrepasarlos, por ejemplo. Además se establecerán ciertos ítems que ligarán los niveles específicos en tal o cual apartado en el grado que sea a los niveles académicos de 1º de primaria a 2º de bachiller teniendo de este modo consciencia de los niveles anterior y posterior a la ESO.

   Para que la integración competencial sea la adecuada es necesaria la participación de toda la comunidad educativa y no solo dentro del contexto escolar. Así, se incidirá seriamente en el carácter orientador y guía de las familias ofreciéndoles pautas y prácticas útiles de conducta para con sus hijos e hijas, sobre todo respecto al consumo moderado de medios (televisión, Internet…), hábitos de conducta, etc.

Las siete destrezas en comunicación lingüística.



1.         Productiva hablar.
2.         Productiva escribir.
3.         Receptiva escuchar.
4.         Receptiva leer.
5.         Receptiva audiovisual.
6.         Interactiva conversar.
7.         Interactiva escribir.



6. Condiciones generales para su impartición

   Para una mejora en la competencia en comunicación se seguirán, en la medida de lo posible, las condiciones generales marcadas por la literatura científica al respecto:
a)      Realizar una enseñanza eficaz e igualitaria hacia todo el alumnado independientemente de su nivel socioeconómico, académico de las familias o niveles de conocimiento o competencia lingüística previos. La CE (2006) indica que las investigaciones sobre las políticas educativas han demostrado que equidad y eficiencia se refuerzan mutuamente.
b)      Priorizar un enfoque funcional de la enseñanza de la lengua en los diferentes contextos: vida privada (familia, amigos…), vida en sociedad (relación con las instituciones, con los medios de comunicación…), viva en la institución escolar y el ámbito de creación verbal (creación literaria, propaganda, publicidad…).
c)      Respetar la pluralidad de niveles lingüísticos.
d)      Colaboración de todas las áreas en el desarrollo de la comunicación lingüística. El profesorado se basará en la lectura como un proceso de construcción de significados. La ejercitará delante de otras personas, tanto el profesor como el alumno, pues leer con los demás permite pasar de la comprensión a la interpretación, a los contenidos connotados.
e)      Priorizar las actividades comunicativas en los procesos de evaluación.
f)       Unir la mejora de la enseñanza con el desarrollo profesional de los docentes. Para ello se establecerán unas pautas de actuación colegiadas así como directrices guiadas o cursos de formación del profesorado aplicado a la elaboración del material didáctico, con el ánimo de que dicha tarea, que tendrá un carácter voluntario, no suponga una carga horaria añadida sino el aprendizaje a través de la aplicación de ciertas directrices en la rutina diaria y la evaluación de los resultados.
g)      Promover la creación de redes de escuelas. El presente curso se trata de poner en marcha una red de centros en el Principado que puede ser un punto de partida para dicha coordinación. De todos modos es conveniente establecer relaciones con los centros de primaria adscritos para poder dar continuidad al proceso educativo y colegiar decisiones.
h)      Trabajo coordinado entre centro, familia y comunidad. Existen evidencias de que la participación de tipo decisorio, evaluativo y educativo mejora el éxito académico, y no la de tipo informativo y consultivo (INCLUDED, 2001, 2011). Es decir que hay mejores resultados cuando las familias tienen poder de decisión. Por ello es necesaria la sincronización entre las prácticas de alfabetización escolares y domésticas.
i)       Integrar currículum formal, informal y no formal. El centro asumirá un papel activo en la convocatoria de proyectos participativos que resulten desafíos para el alumnado en cuanto a desarrollar las competencias comunicativas en torno a discernir opciones, tomar decisiones, argumentar planteamientos, etc. desde una actitud crítica.
j)       Incorporar el uso de la tecnología como recurso de aprendizaje y soporte textual.
k)      Prestar atención a la relación de la competencia comunicativa con el resto de competencias y con los modelos de pensamiento, de manera especial con la competencia social y ciudadana y con el pensamiento crítico. El pensamiento crítico por su parte incide sobre los aspectos connotativos e ideológicos subyacentes al discurso.




7. PLAN LECTOR / BIBLIOTECA

7.1. Organización y plan de gestión

   Antes de afrontar el trabajo en la biblioteca sería conveniente dedicar un tiempo a la reflexión. Conocer el punto de partida y tener claros los objetivos y finalidades de la biblioteca, qué programas se van a ofrecer, qué actividades se van a organizar… Se trata, en definitiva, de tomar conciencia de la situación inicial, debatir y consensuar hacia dónde se quiere llegar perfilando las características concretas de la biblioteca para cada contexto y situación.

    A la hora de comenzar la organización de la biblioteca escolar como centro de recursos para la enseñanza y el aprendizaje y su posterior uso pedagógico es preciso tener en cuenta dos importantes elementos: la información y la formación no sólo del responsable de la biblioteca y de su equipo de apoyo, sino también del equipo directivo y del resto del profesorado.

   La información es importante para estar al día de lo que sucede en torno a las bibliotecas escolares (normativas, experiencias, comunicaciones oficiales, convocatorias...) y poder trasmitirla, según proceda, al resto de la comunidad educativa. Esta información puede ahorrar mucho tiempo y esfuerzo a la hora de afrontar los primeros pasos en la organización y transformación de la biblioteca escolar.

   Contar con profesorado cualificado y formado en biblioteca escolar es un pilar básico para la organización y gestión de los recursos y el uso de pedagógico de la biblioteca. No sólo la persona responsable de la biblioteca debe formarse (especialmente en nociones básicas de biblioteconomía, organización de espacios, la selección de fondos o el uso del programa Abies), sino también su equipo de apoyo y el resto del profesorado para garantizar el conocimiento de las posibilidades pedagógicas que ofrece este recurso. Los centros del profesorado planifican formación específica, tanto en línea como presencial (cursos, jornadas, encuentros, formación en centro...)

   Al elaborar el proyecto de la biblioteca, habrá que tener en cuenta los siguientes aspectos:

§  El proyecto de la biblioteca deberá ser un documento consensuado entre y con todos los miembros del claustro, puesto que pasará a formar parte de la Programación General Anual y en la mayor parte de los casos supondrá una revisión del Proyecto Educativo y del Proyecto Curricular del centro.

§  Es fundamental partir de una valoración de la situación inicial y de las posibilidades y de los recursos reales, así como de las demandas del entorno.

§  Es necesario ser realista a la hora de elaborar el proyecto, pues lo importante es ir creando mecanismos útiles y eficaces que sienten las bases para conseguir en el futuro objetivos más ambiciosos.

§  Es aconsejable formular objetivos e iniciativas abarcables, de forma clara y precisa. Todo ello con el fin de facilitar la puesta en práctica del proyecto y su evaluación.



   Convendría pues, en primer lugar, hacer un estudio de la situación de partida, para el cual se propondría el siguiente cuestionario:



1.      ¿Existe en el centro un local dedicado a uso exclusivo de la biblioteca?
2.      ¿Es amplio y permite habilitar diferentes zonas?
3.      ¿Está distribuido en diferentes zonas (información, estudio, lectura informal, zona audiovisual, etc.)?
4.      ¿Está bien situado en relación a las aulas?
5.      ¿Es luminoso?
6.      ¿Es acogedor?
7.      ¿Tiene una decoración agradable y motivadora?
8.      ¿Existe una zona adaptada a los alumnos y alumnas de E. Infantil y primer ciclo de E. Primaria? (solo en aquellos casos en los que existieran estos ciclos educativos)
9.      ¿Están ordenados los documentos siguiendo un plan de clasificación?
10.     ¿Se utiliza la CDU como plan de clasificación?
11.     ¿Esta señalizada la biblioteca para que los alumnos se orienten fácilmente y puedan usarla de forma autónoma?
12.     ¿El mobiliario de que se dispone en la biblioteca es suficiente?
13.     ¿El mobiliario está adaptado a la edad de los alumnos (altura de las estanterías, tamaño de las mesas y sillas, etc.)?
14.     ¿El mobiliario se encuentra en buen estado?
15.     ¿Las estanterías son abiertas y permiten el acceso libre a los documentos?
16.     ¿Se dispone de estanterías libres para incorporar nuevos fondos bibliográficos?
17.     ¿Existen mesas y sillas de estudio?
18.     ¿Hay suficientes mesas y sillas para trabajar con el grupo de una clase?
19.     ¿Existe una zona con muebles más cómodos para lectura relajada?
20.     ¿Cuenta la biblioteca con muebles apropiados para exponer los libros?
21.     ¿Cuenta la biblioteca con muebles apropiados para exponer y archivar las revistas?
22.     ¿Hay un ordenador en la biblioteca?
23.     ¿Tiene conexión a Internet?
24.     ¿Existe instalación de red en el centro? 




   A continuación, y siguiendo con el estudio de la situación inicial,  se podría realizar un análisis de la situación actual de la biblioteca, mediante el siguiente cuestionario:



1. Tipología de los documentos
1.1. ¿Tiene el centro obras de referencia y de consulta como enciclopedias, diccionarios, etc.?
1.2. ¿Existe un número significativo de libros de literatura infantil y juvenil?
1.3. ¿Hay libros de literatura clásica?
1.4. Además de libros, ¿que otros documentos hay en el centro?
·         discos
·         casetes
·         vídeos
·         diapositivas
·         CD-ROM
·         programas informáticos
·         otros
1.5. ¿Recibe el centro publicaciones periódicas para los profesores?
1.6. ¿Recibe el centro publicaciones periódicas para los alumnos?
1.7. ¿Están cubiertas todas las áreas curriculares?
1.8. ¿Hay documentos que se relacionen con los temas transversales?
1.9. ¿Existen fondos que cubran las necesidades de las materias optativas?
1.10.                     ¿Existen documentos para los alumnos con necesidades educativas especiales?
2. Cantidad de documentos
2.1. ¿Consideras suficiente los libros que posee el centro para uso del alumnado?
2.2. ¿Consideras adecuada la proporción entre obras de ficción y de información?
2.3. ¿Posee el centro suficientes fondos para uso del profesorado?
3. Actualización
3.1. ¿Cuenta el centro con fondos históricos?
3.2. ¿Los libros de consulta y de conocimientos están actualizados?
3.3. ¿Son relevantes los libros de acuerdo con su fecha de publicación y su estado físico?
3.4. ¿Se adquieren fondos actualizados cada curso?
3.5. ¿Son los materiales relevantes teniendo en cuenta las características actuales del centro?
4. Otros aspectos
4.1. ¿Están centralizados los materiales del centro en una biblioteca central?
4.2. ¿Existen fondos repartidos por...?:
·         Las aulas
·         Los departamentos
·         Otros espacios
4.3. ¿Existe presupuesto anual para la adquisición de nuevos libros?
4.4. En caso afirmativo, ¿se considera suficiente dicho presupuesto? 



   Por último, siempre desde un análisis previo, se puede hacer un estudio sobre las necesidades lectoras que se produzcan en el centro. Con tal fin, se elaborará un cuestionario  para conocer las demandas de los diferentes departamentos con el propósito de cubrir las carencias derivadas de la docencia directa conjuntamente con los diferentes apoyos textuales, sonoros o audiovisuales tanto teóricos como prácticos.

    También se estudiarán a través de encuestas y pruebas de elaboración, compuestas por los responsables del Plan Lector Integrado, por un lado el grado de habilidades en lecto-escritura y comprensión del alumnado (nivel de lecto-escritura, comprensión, ortografía, etc.);  por el otro, los gustos y hábitos lectores (número de libros leídos últimamente, títulos de los mismos, etc.). Estas pruebas tendrán un carácter semestral y en ellas se tratará de valorar la evolución académica paralelamente a la de las demandas y gustos lectores.

   Para la definición de un proyecto de biblioteca hay que detectar previamente las necesidades que se manifiestan en el centro.

·         Problemas de lectura más frecuentes      
·         Posibles explicaciones    
·         Quiénes podrían solucionarlo



7.2. La catalogación de los fondos

   Puesto que durante la catalogación se hace un análisis exhaustivo del documento a catalogar, durante este proceso abordamos un nuevo expurgo antes de su catalogación definitiva. Para que los documentos estén disponibles es necesario obtener de ellos una serie de datos imprescindibles. La catalogación es el proceso técnico mediante el cual se presenta de forma sintética los detalles técnicos, gráficos, tipográficos y bibliográficos de un documento para ubicarlo dentro de la colección, identificarlo y acceder a él rápidamente. Su resultado es el registro bibliográfico (lo que en el catálogo manual sería la ficha). De esta forma, el catálogo es el conjunto de registros bibliográficos correspondientes al fondo de nuestra biblioteca y que constituyen nuestra base de datos. Su consulta hace que conozcamos y localicemos rápidamente los documentos de nuestra biblioteca.

   El registro bibliográfico nos ofrece:

1. Datos para la identificación del documento que lo describen externamente. Es la descripción bibliográfica propiamente dicha: título, autor, editorial, número de páginas…

2. Datos para la indización del documento que lo describe en su contenido. Son los puntos de acceso, encabezamientos de materia y descriptores.

3. Datos para la localización del documento en nuestra biblioteca. Correspondería a la signatura topográfica.

  


Todo ello contribuirá a equilibrar el fondo. Esto a su vez nos permitirá:


1)         Conocer los fondos con los que cuenta la biblioteca del centro.. Los datos contenidos en las obras de consulta y referencia pueden ser numéricos, estadísticos, sobre cosas, hechos, personas, lugares, conceptos, palabras, etc., o referirse a documentos. Por tanto podemos distinguir en dos clases generales:

·         Las que proporcionan la información o el dato concreto que se busca, obras de información directa o inmediata (enciclopedias, diccionarios, anuarios, etc.).
·         Las que remiten a otras fuentes documentales en las que localizar a su vez la información necesaria, esto es, información sobre información o información bibliográfica (bibliografías, catálogos).

   Las obras de referencia pueden ser generales, cuando abarcan todos los campos del conocimiento humano, o especializadas, cuando se limitan a una parte de la realidad, a un campo determinado o especial del saber.

   Pueden hallarse en diferentes soportes: impresos en forma de libros, en fichas, microfilm, microficha, soportes magnéticos y electrónicos, CD-ROM, o constituyendo bancos o bases de datos con posibilidad de acceso en línea.

   Los tipos básicos de obras de referencia son los siguientes:

·         Enciclopedias (generales y especiales).
·         Diccionarios (de la lengua, por materias, técnicos, especiales por su propósito o finalidad, bilingües y plurilingües.
·         Directorios y guías (institucionales. Temáticos, internacionales, nacionales, regionales y locales).
·         Anuarios y anuarios estadísticos (generales, especializados, internacionales, nacionales, etc.).
·         Repertorios biográficos (generales o por materias, universales, nacionales, etc.).
·         Bibliografías (nacionales, retrospectivas, en curso, generales, por materias).
·         Mapas y atlas.
·         Normas y patentes.
·         Publicaciones oficiales.
·         Sistemas en línea.

2)         Localizar  todos aquellos fondos que el centro escolar tiene diseminados entre los distintos departamentos, ciclos, bibliotecas de aula, sala de audiovisuales o informática, laboratorio, aula de música, etc. con la intención de centralizarlos en una misma base de datos y gestión.

3)         Establecer los mecanismos para que sea posible recibir propuestas de compra tanto de los profesores como de los alumnos.



4)         Elaborar un plan priorizado de compra de documentos nuevos en diferentes soportes, teniendo en cuenta las posibles carencias de la biblioteca y las necesidades manifestadas por profesores y alumnos.

5)         Destinar un presupuesto para la compra de los documentos seleccionados en el plan de nuevas adquisiciones.

6)         Realizar un expurgo de los fondos. Al iniciar el proceso de organización de la colección de nuestra biblioteca es fundamental que tengamos claros los pasos a seguir con el fin de no duplicar esfuerzos. Hemos de recoger todo el material documental del centro y llevarlo a la biblioteca. Explicaremos al profesorado que no pretendemos quedarnos con los documentos, sino que queremos recoger el material para catalogarlo y registrarlo, para que esté localizable. El material podrá volver a su lugar de origen una vez se acabe el proceso si así se estima oportuno. En este sentido no podemos hacer excepciones y debemos incluir todos los documentos.

   Recogido el material es conveniente realizar un primer expurgo teniendo en cuenta que no debemos ni tirarlos ni donarlos hasta que no esté todo el proceso acabado. Siempre lo podemos repensar. Este primer expurgo es prácticamente obligado al acometer la transformación de la biblioteca escolar, mientras que los posteriores o expurgos regulares se encaminan a mantener los fondos actualizados y en condiciones óptimas. Entre los materiales de expurgo, destacamos:

·         Publicaciones antiguas (revistas, monográficos, suplementos, guías informativas,…),
·         Materiales repetidos, -salvo grupos de libros del mismo título con los que se pueden crear una sección para animaciones lectoras, trabajo en grupo…
·         Documentos de información poco relevante o escaso interés no actualizados,
·         Fondos de poca calidad informativa (anteproyectos, propuestas, documentos de debate, boletines, etc.), poco elaborados.
·         Documentos deteriorados, rotos o desgastados sin posible restauración,
·         Material en formato antiguo y en desuso (disquetes de ¾, vinilos, sistema Beta, casetes,…).

   Por tanto, por expurgo entendemos el proceso de selección y retirada física de los fondos de la biblioteca cuando son de poca o ninguna utilidad curricular y cultural así como los deteriorados sin posibilidad de restauración. No olvidemos que al referirnos a los fondos de una biblioteca escolar hablamos de una colección viva que en todo momento responde a los intereses y necesidades de la comunidad educativa.
Razones para expurgar:

§  Organizar, clasificar y adecuar el fondo a las nuevas instalaciones, aprovechando la creación, el cambio de ubicación o la reforma de la biblioteca,
§  Actualizar la colección o mantenerla lo más equilibrada posible,
§  Hacer la colección más accesible al alumnado y al profesorado,
§  Mejorar la imagen de la biblioteca adecuándola a las nuevas necesidades curriculares y espacios.



Aplicaremos unos criterios de expurgo al fondo determinando una pauta sobre la que imponer un marcador, como en el siguiente modelo:

CRITERIO
PAUTA
MARCADOR
Antigüedad
Fecha del Depósito Legal o fecha de edición
+ de 15 años
Pertinencia
Materias o áreas de conocimientos relevantes
+ de 10 años desde su registro
Información
Legislación, normativa o programas educativos institucionales
Últimos diez años
Estado físico
Fijada por el equipo de apoyo
Posibilidades de uso
Uso (solo en expurgos regulares)
Circulación
Número de consultas o préstamos


Tras el expurgo decidiremos el destino de los fondos:

§  Los documentos desdeñados, pero relevantes desde el punto de vista histórico, se podrían ubicar en otro depósito,
§  Los documentos deteriorados o en mal estado susceptibles de conservación se restaurarán o se repondrán,
§  Los fondos dados de baja y en óptimas condiciones se podrán donar a colectivos (ONG’s, asociaciones o entidades sin ánimo de lucro…
§  Se destruirá el resto de materiales.


Tras el expurgo podemos dividir el fondo en:

·         Libros de texto y manuales. Presentan de forma sistemática los conocimientos sobre una disciplina. En el caso de los libros de texto se adaptan al programa de un área concreta en un curso, nivel y etapa del sistema educativo.

·         Monografías de divulgación. Obras de divulgación científica y técnica dirigidas a un público general que por su nivel de dificultad y su lenguaje asequibles pueden resultar útiles para nuestros alumnos, especialmente en Secundaria.

·         Obras literarias con contenidos y referencias de la realidad. Relatos de temática histórica, social o de aventuras, cómics, etc. Aportan información personalizada y contextualizada.

·         Libros documentales infantiles y juveniles. Libros de información y de divulgación, también llamados libros de conocimientos, especialmente diseñados para niños y jóvenes, como instrumentos de apoyo en su aprendizaje.

7)         Evaluar la adecuación de las dotaciones de la biblioteca al currículo. Con ayuda de los profesores , reflexionar sobre si los documentos del centro relacionados con cada área curricular son los adecuados y lo hacen de manera pertinente. Utilizar las fichas de evaluación de las dotaciones  convenientemente adaptadas a los niveles de enseñanza que se imparten en el centro:


8)         Crear una hemeroteca.

   Esta labor ayudará a garantizar la disponibilidad de los documentos en el sentido de:

·         Facilitar el libre acceso a los documentos, eliminando los armarios cerrados con llave y todo tipo de barreras.
·         Organizar el espacio de la biblioteca, de forma que haya varias zonas con diferentes usos.
o   Distribuir el espacio de la biblioteca del centro, creando diferentes zonas según se ha explicado.
o   Introducir algún elemento decorativo que ayude a crear un ambiente acogedor.
3)         Clasificar los fondos según la Clasificación Decimal Universal, adaptada a la edad de los alumnos.
    • Clasificar los libros existentes actualmente en la biblioteca, utilizando las diez clases principales de la CDU, a saber:
                                                       0.      Diccionarios y obras generales.
                                                       1.      Pensar, imaginar, filosofía.
                                                       2.      Religón y teología.
                                                       3.      Vivir juntos. Ciencias Sociales.
                                                       4.      Vacante.
                                                       5.      Naturaleza, Ciencias exactas y naturales.
                                                       6.      Curar, fabricar, ciencias aplicadas. Medicina. Técnica.
                                                       7.      Crear y divertirse: arte, música, juegos, deportes y espectáculos.
                                                       8.      Leer historias, hablar. Lingüística. Literatura
                                                       9.      Paisajes, personas célebres, el pasado. Geografía. Biografías. Historia.
    • Una vez terminada esta preclasificación, dividir a su vez cada uno de los grupos resultantes, agrupando los libros según las subclases de la CDU.
    • Distribuir los libros clasificados en las estanterías, procurando dejar espacio libre para incorporar nuevos títulos a cada una de las clases y subclases, así como para crear nuevas subclases si fuera necesario.
4)         Señalizar la biblioteca escolar, una vez clasificados los fondos.
    • Señalizar las estanterías, asociando colores a cada clase y pictogramas a cada subclase de la CDU, según las pautas ofrecidas o bien habilitar aquellas que se consideren oportunas. 
5)         Introducir señales de ubicación en el centro y en la biblioteca.
    • Introducir señales de ubicación y de orientación en el centro y en la biblioteca.
6)         Realizar el tratamiento físico de los documentos (registro, sellado, forrado, signatura, tejuelado...).
    • Establecer los protocolos para los registros manuales o informatizados justificando las razones.
    • Diseñar un sello para la biblioteca.
7)         Estudiar las posibilidades del programa ABIES y decidir los criterios pedagógicos que se tendrán en cuenta para automatizar las tareas de la biblioteca que se pueden gestionar con dicho programa.
8)         Elaborar un calendario para el cambio progresivo de la gestión manual de la biblioteca a la gestión automatizada según los criterios acordados previamente.
9)         Automatizar el catálogo, siguiendo el plan de catalogación establecido previamente.
10)       Elaborar un catálogo centralizado de los diferentes recursos distribuidos por el centro, basándose en los datos recogidos
    • Identificar todos los espacios del centro donde se almacenan recursos documentales y didácticos: aulas, departamentos, tutorías, laboratorios, sala de profesores, despachos, aula de música, almacén de material audiovisual, etc.
    • Localizar todos los materiales que se hallen repartidos por el centro y cuya gestión o ubicación se debería centralizar, según el planteamiento del modelo de biblioteca escolar expuesto.
11)       Formar al profesorado responsable de cada departamento en lo tocante al trabajo de archivo y búsqueda básicos con el fin de implicarlo en la labor de catalogación de los materiales demandados así como en la búsqueda de información.
    • Archivar y catalogar los documentos elaborados en el centro por profesores y alumnos.
    • Elaborar una lista de documentos e informaciones elaborados en el centro educativo.
    • Distinguir las que se difunden internamente y las que se difunden al exterior.
    • Reflexionar sobre aquéllas que deberían archivarse en la biblioteca.
    • Introducir mejoras en la difusión y aprovechamiento de las publicaciones periódicas a las que está suscrito el centro, partiendo de los datos recogidos
    • Confeccionar una lista con todas las publicaciones periódicas que recibe el centro, tanto para alumnos como para profesores.
    • Analizar quién las recibe, dónde están ubicadas, precio, área/s genéricas que abarcan, para qué áreas tienen especial interés, cuándo se pueden leer o consultar y cuál es su destino final (se archivan, se recortan, se tiran...). Para este trabajo se puede imprimir el modelo de tabla (Anexo 2) que se proporciona.
    • Valorar el nivel de aprovechamiento de esas publicaciones periódicas.
    • Resumir las conclusiones.

7.3. Base de datos, organización e información.

   Tanto la informática como las telecomunicaciones se han convertido en herramientas indispensables para el normal desenvolvimiento de las tareas de una biblioteca. En el caso de las bibliotecas escolares, el uso de estas tecnologías de la información y comunicación contribuye de forma importante a la consecución de sus objetivos.
   Desde esta perspectiva, el sistema más empleado es el llamado ABIES.

   ABIES es una aplicación informática desarrollada por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y diseñada para convertirse en la herramienta tecnológica a partir de la cual automatizar las bibliotecas escolares. Con la sencillez y la eficacia como ideas base, esta aplicación orientada a ordenadores personales pretende contribuir a la transformación de nuestras bibliotecas escolares en auténticos centros de recursos a los que se extraiga el máximo rendimiento. Para su utilización, no es necesario disponer de amplios conocimientos  informáticos. Se trata de un programa intuitivo adaptado a las técnicas biblioteconómicas, de sencillo manejo y pensado para ser utilizado tanto por profesores como por alumnos. La biblioteca escolar presenta -en términos generales- determinadas singularidades en su estructura y funcionamiento que determinan las prestaciones que ABIES contempla.

   El diseño de esta aplicación parte de la idea de que los centros educativos no deben ser concebidos como productores de catalogación, sino más bien como consumidores. Por lo tanto, la aplicación se apoya en los catálogos de las bibliotecas públicas para simplificar la tarea de catalogar correctamente.

   La estructura de la información adoptada por la aplicación intenta guardar un delicado equilibrio entre el rigor conceptual, la sencillez de uso y la economía de medios. Necesariamente parecerá excesiva para algunos y escasa para otros, pero obedece a pautas de catalogación reales, extraídas de la experiencia cotidiana. Su objetivo, pues,  es brindar una herramienta adaptada a las necesidades específicas de las bibliotecas escolares, compatible con los formatos y técnicas normalizados pero conservando una facilidad de uso que la haga idónea para personas con escasos conocimientos en biblioteconomía.

   El sistema ABIES, nos puede servir, entre otras cosas, para controlar y gestionar los préstamos de documentos, cuya política podría quedar así definida:

   Siendo un objetivo primordial de la biblioteca el desarrollo de los hábitos lectores y de las habilidades en el acceso y uso de la información, deberíamos primar siempre el concepto de apertura frente al de conservación. Hay que evitar que el temor a que los documentos se pierdan o deterioren limite su uso y difusión. En otras palabras, toda biblioteca debe contar con la pérdida o deterioro de cierta cantidad de documentos debido a este servicio.

   Los beneficiarios del préstamo son prioritariamente el alumnado y el profesorado, si bien, deberíamos estar abiertos a la idea de que el servicio puede y debe, según posibilidades, ampliarse a otros colectivos, tanto relacionados con el centro (padres, madres, antiguos alumnos/as, personal no docente, etc.), como ajenos a él, sobre todo si la biblioteca se abre al barrio durante el horario extraescolar. Esta ampliación del servicio la debemos asumir para suplir temporalmente carencias de bibliotecas en la zona, complementar a los servicios municipales de lecturas y, también, con el objetivo de integrar el Centro en el barrio, haciendo de nuestra biblioteca un lugar de encuentro y espacio abierto a todos.

7.3.1. Tipos de préstamo

a) Individual. Con él permitiremos el uso de un documento para su lectura/consulta durante un determinado periodo de tiempo.
b) Colectivo. Es el destinado a las aulas, a los departamentos, a los equipos de ciclo asociaciones de madres y padres... Los préstamos suelen ser en mayor cantidad y durante un periodo más largo de tiempo.
c) Interbibibliotecario. Es el que se realiza con otras bibliotecas: públicas, escolares... Puede resultar un servicio muy útil, ya que nos permitirá acceder a fondos que, bien por la dificultad a la hora de conseguirlos, por su alto coste o porque no dispongamos de fondos para implementar en el centro determinados proyectos documentales integrados o actividades relacionadas con efemérides articuladas desde la biblioteca, no podamos adquirir o no sean adecuados para que formen parte de la colección permanente de la biblioteca. Lógicamente este tipo de préstamo nos exigirá mantener una adecuada relación con otros centros de documentación.

   No obstante, para aquellos fondos que sean frecuentemente consultados, de difícil reposición, o que en un momento determinado pudieran ser de consulta masiva, debemos establecer préstamos restringidos. Dichas limitaciones pueden ir desde la consideración de “documento no prestable” hasta la de “documento restringido temporalmente”. Serán fondos con limitaciones:

·         Las obras básicas de referencia,
·         Los fondos antiguos o preciosos (obras con grabados o láminas deimposible reposición o fácil deterioro),
·         Materiales creados en el centro (trabajos, dosieres, etc.),
·         Los documentos electrónicos originales,
·         Obras cuya materia sea objeto de un trabajo de investigación por un gran número de alumnos/as y de las que la biblioteca carece desuficientes documentos para ofrecer a todos en préstamo individual.

   Independientemente del tipo de préstamo que realicemos, debemos llevar un control adecuado de los fondos prestados desde la biblioteca. Es más efectivo y conveniente (control, estadística, inmediatez…) optar por el préstamo automatizado. Sea de gestión manual o de forma automatizada el control se basa en:

·         La identificación del documento que se va a prestar,
·         La identificación del lector que se lo lleva,
·         La relación de los datos del documento con los del lector mientras dure el préstamo.


7.3.2. Política de préstamo

   El responsable de la Biblioteca Escolar, junto con el Equipo de Apoyo de Biblioteca, determinará la política de préstamo, en la que recogerá los objetivos que persigue el servicio y las directrices principales por las que habrá de regirse durante el período que se considere pertinente en función de los planes de trabajo de la biblioteca y el proyecto educativo. Es necesario determinar los tipos de lectores, el tiempo de validez del carné de lector, la duración del préstamo, el número de préstamos simultáneos, los documentos prestables y con restricciones, las medidas a tomar ante los retrasos en las devoluciones o la pérdida de los documentos prestados, la responsabilidad de la realización del servicio, la reserva de documentos, el préstamo al alumnado pequeño, al alumnado con situaciones excepcionales, el préstamo colectivo… Algunas orientaciones a tener en cuenta:

1- En cuanto al tipo de lector
Puesto que podemos distinguir varios tipos de lectores: alumnado del centro, profesorado, personal no docente, padre/madre, ex-alumnos/as, aulas, departamentos, etc., podremos establecer diferentes condiciones de préstamo tanto en el número de documentos como en la duración.

2- En cuanto a la duración del préstamo
La duración puede variar para los diferentes tipos de documentos y de lectores. La duración habitual suele ser de 7 a 15 días, pero este periodo lo debemos acortar si se trata de material audiovisual o libros de referencia. Hemos de considerar la posibilidad de préstamos de fin de semana y atender a situaciones excepcionales (enfermedad, período de exámenes…). Del mismo modo, durante los periodos vacacionales podemos ampliar la duración del préstamo.
Debemos permitir prorrogar el préstamo durante al menos un nuevo periodo.

3- En cuanto al número de volúmenes
Un máximo de dos volúmenes puede ser una opción, pero esto puede variar en función de los tipos de lectores que establezcamos, los periodos de préstamo, la circulación de los documentos…

4- En cuanto a la reserva de documentos
Es un servicio complementario al de préstamo consistente en apartar un documento que ha sido reservado por un lector en el momento en que es devuelto a la biblioteca. En nuestra política de préstamo debemos establecer el número máximo de documentos que puede reservar cada tipo
de lector.

5- En cuanto al retraso en las devoluciones
A los lectores que tarden en devolver un ejemplar se les puede sancionar, siempre y cuando no suponga una merma importante en sus necesidades de préstamo.

6- En cuanto a pérdidas y deterioro de los documentos
Para evitar las pérdidas de documentos, haremos campañas de concienciación sobre la necesidad de cuidar el material de la biblioteca, insistiendo en que no sean los lectores los que subsanen el ejemplar en caso de deterioro leve, mientras que, cuando éste es serio y se produce la pérdida del mismo, será el propio lector quien reponga la obra.

7- En cuanto al préstamo al alumnado de menor edad
En Educación Infantil y primer ciclo de Educación Primaria el préstamo se realizará siguiendo las mismas normas que para el resto del alumnado. Si acaso, como los pequeños necesitan menos tiempo para leer un libro, el periodo de préstamo de los documentos puede acortarse.
8- En cuanto a la atención y préstamo de alumnado enfermo
En el caso de alumnado en situaciones de hospitalización, estancia prolongada en domicilio familiar por enfermedad crónica, convalecencias, etc., podemos atender el servicio de préstamo mediante comunicación telefónica, envío de ejemplares e información (boletines, novedades, etc.)



9- En cuanto al préstamo colectivo
Para alcanzar la gestión centralizada de los recursos documentales del centro educativo, las colecciones de libros existentes en las aulas y en los departamentos serán tratadas como préstamos colectivos realizados por la biblioteca del centro. En estos casos habrá que considerar a cada colectivo como un tipo de lector más para el que estableceremos unas normas determinadas en lo relativo al periodo de préstamo, número de ejemplares, reservas, etc., que tendrán que ser superiores a los aplicados al préstamo individual. Para las aulas consideraríamos que un lote de entre veinticinco a treinta ejemplares prestados durante un mes como suficiente, siempre que se renueven los títulos periódicamente y los lotes puedan circular por las diferentes aulas.

   Esta política de préstamos y otras relacionadas con la circulación de documentos, requiere unos protocolos de actuación. Así, las peticiones de nuevos fondos pueden realizarse a través de los jefes de departamento; una persona de cada departamento sería la responsable de la catalogación de los libros sugeridos. Debido a ello, al menos una persona de cada departamento debería tener una hora de guardia semanal para poder realizar el trabajo. Con el fin de facilitar el mismo, debería existir un Manuel informativo breve y claro en el que se describiesen las funciones y tareas a realizar, incluido, como queda dicho, el préstamo.


7.3.3. Difusión e información de los fondos:

1)         Diseñar hojas informativas para difundir las actividades de la biblioteca.
2)         Dar a conocer las nuevas adquisiciones por diferentes medios (exposiciones, tablones de anuncios, hojas informativas, etc.).
3)         Establecer los mecanismos más idóneos para difundir informaciones de interés a diferentes destinatarios dentro del centro escolar.
o   Elaborar una lista con al menos 10 tipos de informaciones que se reciban en el centro educativo.
o   Reflexionar sobre aquéllas que podría difundir la biblioteca.
4)         Instalar tablones de información cultural en la biblioteca y en otros lugares del centro.
5)         Organizar un servicio de información.
    • Un posible servicio de información para alumnos de E.S.O. podría tener las siguientes materias:
      1. CULTURA Y OCIO (fiestas, peñas, actividades de ocio, charlas,....)
      2. ECOLOGÍA (guías ecológicas, días del árbol, proyectos de medio ambiente, fauna local ...)
      3. EUROPA (información sobre países, el proceso de la Unión ...
      4. EDUCACIÓN (becas, opciones de estudios, cursos ...)
      5. DEPORTES (resultados deportivos, convocatorias, maratones ...)
      6. INFORMÁTICA (últimos avances, Internet, direcciones útiles...)
      7. INSTITUTO (convocatorias y noticias del propio centro)
      8. LOCAL (todo lo referente al pueblo o barrio)
      9. MUJERES (programas de igualdad, centros de asesoramiento ...)
      10. MÚSICA / EXPOSICIONES (conciertos, concursos musicales, programación en emisoras, espectáculos, exposiciones ...)
      11. SOLIDARIDAD (ONGs, peticiones y colaboraciones en proyectos solidarios ...)
      12. SALUD (vacunaciones, consejos prácticos, el SIDA, las drogas ...)
      13. VIAJES Y TRANSPORTES (tarifas, viajes para jóvenes).  
7.4. Animación a la lectura

7.4.1. La lectura

   La lectura tiene aspectos que se nos escapan. No sabemos qué fuerzas actúan para que unas personas lean compulsivamente y otras aborrezcan dicha práctica. Desconocemos las razones por las que leemos en unos lugares y no en otros, incluso sabemos poco de cómo nos convertimos en lectores. Unas veces fueron nuestros padres los transmisores de la magia de la literatura oral y otras un profesor que, mientras hablaba de la lectura, leía y nos cautivaba. Quizás una leve enfermedad que nos mantuvo “cosidos” a la cama una buena temporada nos permitió horas de fascinante lectura. Tal vez nuestra afición se deba al préstamo de un libro que nos hizo un amigo o incluso a una prohibición.

   Probablemente la carencia de libros en la infancia estimuló nuestra curiosidad y selló una amistad definitiva con ellos. Cada lector, cada lectora ha recorrido un camino, pero resulta difícil definir el momento, señalar la chispa que encendió una pasión que no hemos abandonado. El hábito lector obedece pues a causas ocultas, por lo que resulta difícil generarlo y alimentarlo con fórmulas concretas.

   A pesar de los innumerables esfuerzos de muchas personas para que la biblioteca escolar sea una realidad en muchos centros de enseñanza, lo cierto es que no siempre se ha conseguido. Falta una demanda social de la misma; es insuficiente la apuesta que las administraciones hacen y, además, carece de personal dedicado a su funcionamiento y dinamización. Además, como los libros no necesitan manuales de manejo, no se enchufan y hace muchos años que fueron inventados, no acaban de cautivar a los chicos y chicas, ni a sus padres y madres, ni al profesorado como lo hacen otros medios electrónicos o audiovisuales, de invención y generalización más reciente.

   Dicho todo lo anterior, con algunas reservas y excepciones, diremos que es necesario poner los medios que estén a nuestro alcance para acercar la biblioteca escolar al alumnado, aunque también debemos ser conscientes de que no siempre tendremos éxito. No podemos dejar de trabajar por esta institución escolar que perpetúa el saber y lo transmite y acerca a los nuevos ciudadanos, pero debemos hacerlo sin la ingenuidad de pensar que vamos a conseguir el hábito de lectura en el alumnado sólo con proponérnoslo.


7.4.2. Las posibilidades pedagógicas de la biblioteca escolar

   La biblioteca escolar permite la democratización de los medios y materiales de aprendizaje, ya que los pone a disposición de todas las personas que acuden a ella. Es compensadora de desigualdades, en cuanto que proporciona a niños y niñas de familias desfavorecidas recursos de los que carecen en su casa.

Es un espacio civilizador porque ofrece un ambiente relajado, de reflexión y aprendizaje. Es también un lugar para practicar la cooperación, es decir, un lugar donde niños y niñas comparten tiempos, trabajos y lecturas con otros colegas. Es potenciadora del hábito lector para todos aquellos niños y niñas que, debidamente motivados, acuden a sus instalaciones a leer, consultar, hojear, etc. Posibilita el acceso a fuentes diversificadas de información: libros, revistas, prensa, publicaciones alternativas, vídeos, CD-rom, internet, etc.

   Es depositaria de la memoria impresa del centro escolar si en ella se guardan todas las publicaciones que se hacen en el colegio: revistas, dossiers, monografías, libritos y cualquier material elaborado en las clases.

   Es un espacio inagotable de aprendizaje si el usuario aprovecha todo el potencial disponible en las estanterías.


7.4.3. Algunas reflexiones acerca del hábito lector

    Muchas personas que ahora leen o leemos con habitual frecuencia no tuvimos libros en nuestras casas. Esas mismas personas no tuvieron la oportunidad, para bien o para mal, de asistir a un despliegue tan grande de medios de animación a la lectura como la que rodea ahora a nuestro alumnado.

El hábito lector tiene algo de irracional. Hay lectores y lectoras que lo son a pesar de estar rodeados de las condiciones más desfavorables que podamos imaginar. Por contra, las condiciones más favorables no garantizan que quien las disfruta acabe siendo lector habitual. Atraer a niños y niñas hacia la lectura es una tarea complicada, pues ningún tratamiento es eficaz del todo; es más, hay tratamientos que producen efectos contrarios según quien sea el paciente.

Con el libro y la TV pasa algo muy curioso. Es muy probable que se lea menos aún de lo que dicen las encuestas que se lee y que se vea la televisión bastante más de lo que se dice que se ve. ¿Se miente por un problema de mala conciencia? La lectura es uno de los “tratamientos” de efectos más rápidos que se puede administrar.

   Por ejemplo, incorporar vitaminas y minerales, disminuir el colesterol o el ácido úrico, eliminar cálculos renales o biliares y mejorar la artrosis o el reuma requiere muchas veces tratamientos largos y combinados y sólo a largo plazo se ven los resultados. En cambio, basta leer un buen libro para incorporar automáticamente algo de sabiduría, nuevas sensaciones y un bagaje cultural más amplio. Con estas ventajas, no se comprende fácilmente por qué la gente sigue siendo reacia a la lectura, por qué se aproxima a los libros con tantas precauciones y por qué el hábito lector sigue siendo una asignatura pendiente en esta sociedad.

    En  este país, a diferencia de los europeos, pasamos en los años sesenta de un gran salto –sin un afianzamiento del hábito lector, sin afición por la lectura, sin conocer sus posibilidades imaginativas, creativas, formativas, informativas y placenteras y sin bibliotecas públicas– a tener televisión en todas las casas. Se perdieron así una o varias generaciones para el noble acto de la lectura. Actualmente, la situación ha cambiado pero sigue siendo desalentadora.

   Las acciones individuales de fomento de la lectura son de alto interés en las escuelas y en los institutos, pero requieren un gran trabajo. Por eso, es conveniente que un grupo de profesores y profesoras se involucre decididamente para impulsar el funcionamiento de la biblioteca aunque lo ideal sería que participara todo el profesorado.

   Ese grupo, organizado como Seminario, Grupo de Trabajo o similar, debe realizar reuniones periódicas y coordinar, estimular y fomentar la adopción de una serie de acciones encaminadas a poner en funcionamiento la biblioteca escolar con los siguientes objetivos: satisfacer las necesidades de lectura placentera y de consulta de documentos variados; dar respuestas a los interrogantes que los estudiantes formulen; proporcionar al profesorado todo tipo de medios para ofrecer una enseñanza más activa; permitir al alumnado ser protagonista y capacitarlo para manejar todos los recursos documentales.

   La biblioteca escolar puede y debe funcionar como una tela de araña, de manera que sea el lugar de encuentro de todas las personas relacionadas con la enseñanza. Debe establecer relaciones con la biblioteca pública e, incluso, actuar como biblioteca pública si la localidad carece de ella.

   En resumen se pueden establecer las siguientes interacciones en la biblioteca escolar:

El seminario de la biblioteca
Es responsable de la organización, de la elaboración del plan anual de actuación y de la memoria anual.
Elabora materiales diversos: carnets, boletín informativo, diarios de lectura, materiales curriculares.
Trabaja en la autoformación, mediante reuniones, lectura de prensa especializada, libros específicos, intercambios...
Diseña actividades que favorezcan el uso y contribuyan a la dinamización y animación.
Se mantiene un intercambio de publicaciones, de materiales y de experiencias con colectivos e instituciones.
Se realizan peticiones de materiales, libros, información, etc. a diversas entidades y colectivos.
Se envían artículos-memoria de las experiencias y actividades realizadas para su publicación o reseña en revistas especializadas.
Se realizan dossieres-hemeroteca con la recopilación anual de materiales de prensa relacionados con libros, lectura y bibliotecas.
Se realiza una divulgación oral y escrita de lo que se va haciendo y experimentando.
Se mantienen relaciones de colaboración con el Centro del Profesorado de la zona.

El profesorado
Recibe información de todas las actividades proyectadas.
Dispone de una hora semanal, como mínimo, para utilizar la biblioteca con su clase.
Colabora directa o indirectamente en las actividades propuestas.
Propone compras de libros o colecciones.
Visita en horario lectivo, con su clase, las exposiciones.
Formaliza préstamos temporales en bloque para llevar al aula.

Los padres / madres / AMPA.
Reciben trimestralmente el boletín de la biblioteca.
Visitan las exposiciones.
Pueden coger libros prestados, como el alumnado.
Subvencionan mobiliario y compra de libros.
Abren la biblioteca algunas horas a la semana.
Reciben periódicamente guías de lectura.

El alumnado
Dispone de un servicio diario de préstamo.
Forma parte del grupo responsable de la gestión diaria: fichado, etiquetado, formalización de préstamos y devoluciones...
Colabora en actividades de animación y dinamización.
Tiene acceso diario a la consulta y lectura en sala.
Puede utilizar todos los soportes que contienen información: libros, revistas, periódicos, CD-rom, vídeos...
Colabora en la confección del boletín trimestral y en otras publicaciones.
Aprende a manejarse en ella, a través de actividades de formación de usuarios.
Completa tras sus lecturas el “Diario de lectura.


7.4.4. Animando a leer

   ¿Cómo animar a la lectura desde la biblioteca escolar? Parecería suficiente con que existiese y estuviese abierta, pero no es así. Hoy día, asistimos a una paradoja que no es fácil de explicar: se publican más libros que nunca (buenos y malos), se cuidan las ilustraciones al máximo produciendo auténticas obras de arte, los libros, aun sin ser baratos, están próximos al ciudadano, incluido el ciudadano “pequeño”, y la gente los compra curiosamente, pero los índices de lectura se mantienen en niveles insatisfactorios.

   Se dice que la escuela puede ser un buen lugar para fomentar los hábitos de lectura y para inocular el benigno virus de la lectura entre el público infantil y juvenil, pero no debemos olvidar que una importante tarea debe realizarse en el seno de la familia, ya que lo que se consiga en la escuela dependerá en buena medida de ello.

   Se hacen cursos para formar al profesorado; se aprueban programas temporales para dotar algunas bibliotecas escolares; se recomienda a padres y madres que lean a sus hijos e hijas y que, a su vez, lean para que sirvan de ejemplo. Se realizan, encuentros, jornadas, congresos y otros foros de análisis y discusión de la situación en la que nos encontramos respecto al aprecio de la lectura por parte de las generaciones jóvenes.

   Se considera la lectura como una actividad libre, individual, imaginativa, creadora, solidaria, compensadora, intelectual y recreativa. Y a pesar de todo, el mazazo de la estadística lectora hunde en el desánimo a padres, madres, profesorado, editoriales, profesionales del libro y de la biblioteca, escritores y escritoras, etc.
  
   A continuación, se ofrece un repertorio de pequeñas o grandes acciones que pueden ponerse en práctica desde la biblioteca escolar o desde las aulas. Tratan de presentar el libro y la lectura como posibilidades cercanas, como experiencias posibles para que los jóvenes acaben eligiendo un libro voluntariamente para sus ratos libres. Ni son las únicas posibles, como es fácil deducir, ni son tampoco absolutamente originales, pero están probadas y la mayoría en funcionamiento. Son acciones de recuerdo y de sensibilización que quieren ganar afectivamente al lector o lectora joven, además de conectarles con el espacio bibliotecario y los libros. Es muy importante la manera de ponerlas en práctica y el éxito depende de cómo las siente y las vive el responsable o los responsables de llevarlas a cabo.

1. Carné de lector/a. Puede ser un sencillo documento personalizado, con espacio para escribir el título y la autoría de cada libro leído. Dicho documento serviría para premiar al lector del mes, del trimestre, del año[1]. El premio, lógicamente, un libro.
2. Carné del Club de Amigas y Amigos de la Biblioteca Escolar. Pertenecer a este “selecto” club requiere cumplir con algunas obligaciones: tratar bien los libros, no desordenarlos, acudir frecuentemente a la biblioteca, leer, contar lo que hemos leído... Puede ser una alternativa al “carnet de lector” descrito más arriba, cuando éste ya lleva unos años funcionando.
3. Edición de un boletín o revista de publicación periódica con las novedades, con noticias de la biblioteca, noticias culturales y experiencias que se van desarrollando en las clases. Le permite participar en sus contenidos con valoraciones personales de libros leídos, colaboraciones creativas, pequeños trabajos de investigación etc. Y es importante que llegue también a cada familia para potenciar la valoración familiar de la lectura y del funcionamiento de la biblioteca escolar y generalizar, en lo posible, una sensibilización especial hacia la lectura, el libro y la biblioteca.
5. Completar individualmente el Diario de lectura. Es un documento con pretensiones de memoria lectora individual, donde anotan unas breves pinceladas del libro leído y que guardarán como recuerdo de sus lecturas infantiles y juveniles.
6. Presentación de la biblioteca. Son visitas de clases completas, guiadas por la persona responsable de la biblioteca para presentar las distintas secciones, los contenidos de cada una, la recogida de sugerencias, la disposición de fondos, las posibilidades que alberga, etc. Una tarea que es conveniente repetir cíclicamente para que chicos y chicas exploren bien las posibilidades que su biblioteca les ofrece.
7. Actividades de formación de usuarios. Podemos elaborar un cuadernillo donde los erstudiantes, con la ayuda del bibliotecario/a completen una ficha bibliográfica, practiquen la localización de fondos usando los ficheros, aprendan el significado de los símbolos contenidos en un tejuelo y conozcan las secciones definidas en la CDU. Sencillas actividades que también les permitirán desenvolverse algo mejor en la biblioteca pública a la que acudan. Tenemos a nuestra disposición otros materiales: proyecciones de diapositivas, visionado de vídeos, etc. que también ayudan en la tarea.
8. Ofrecer a los niños y niñas de los cursos altos la posibilidad de ejercer dem bibliotecarias y bibliotecarios para ordenar los fondos, formalizar préstamos y devoluciones, orientar a los pequeños, colaborar en algunas actividades... Se les ofrece, en definitiva, la posibilidad de ejercer una responsabilidad que consiste en facilitar la apertura de la biblioteca y prestar un servicio temporal a sus compañeros y compañeras.
10. Elaboración de guías temáticas de lectura con motivo de una efemérides cultural, de la organización de una “semana” sobre cuentos o poesía, para presentar una compra importante de fondos



[1] Cada lectura iría acompañada de su correspondiente “guía de lectura”.
  

7.5.  Acciones de uso habitual en la biblioteca

   Son actividades que se realizan a lo largo de todo el curso en la biblioteca. Acciones habituales que convierten la biblioteca en un espacio de aprendizaje, de lectura, de uso de fuentes documentales y en un auténtico centro de recursos para el profesorado y el alumnado.

1. Apertura diaria para que todo el alumnado pueda acudir libremente a la sala de lectura con fines diversos: buscar información, terminar trabajos, coger libros prestados etc..
2. Posibilidad de préstamo de libros con trámites fáciles. El préstamo alarga hasta la casa familiar el contacto con los libros. Además hay niños y niñas con notables carencias de libros en casa y, de esta manera, paliamos en parte el problema.
3. Acudir al lugar de lectura en grupo acompañados del tutor o tutora, del profesorado de lengua o del de cualquier otra área, al menos una hora a la semana. No deberíamos permitirnos menos que eso. Los lectores tienen total libertad para elegir el libro que quieran y para cambiarlo si no les gusta. Un día pueden ser libros, otro revistas de divulgación o cómics, prensa, libros de conocimiento, revistas escolares, publicaciones del colegio etc.
4. Lecturas en voz alta, por parte del profesor de cuentos, poemas, noticias de prensa etc. Cada día, como el vaso de leche de la mañana o como el bocadillo del recreo, sin pedir nada a cambio, sólo escuchar y, si alguien quiere, hacer un comentario.
5. Intercambios de experiencias lectoras. Un alumno/a, semanalmente, explica el último libro leído y regala a sus compañeros y compañeras algo, hecho por él o ella, relacionado con ese libro: un pequeño poster, un dibujo, una poesía, un trabajo manual. Los compañeros, preguntan sobre el libro. El profesor también deben colaborar en esta actividad y contar algunos de los libros que va leyendo.
6. Mesas redondas. Cuando 3 ó 4 estudiantes han leído un mismo libro, se pueden hacer mesas redondas para contrastar opiniones. Es conveniente disponer demedia docena de ejemplares de algunos libros para hacer posible esta actividad.
7. Lectura en voz alta de un mismo libro por parte de toda la clase. Cada alumno lee un fragmento. Luego se comenta lo leído, se opina y se pueden hacer actividades creativas derivadas de la lectura. Si de dicho libro se ha hecho una película, una vez terminada la lectura del mismo, se ve dicha película y se contrasta el lenguaje literario con el cinematográfico. Además, se contrasta la experiencia imaginativa individual de la lectura con la forma de ver el libro y de reinterpretarlo por el director o directora de la película.
8. Promover la lectura en otros soportes informativos: prensa, revistas científicas, suplementos infantiles de algunos periódicos... Si se dispone de equipamiento informático, usar el CD-rom como material de consulta informativa.
9. Promover actos de recitación o de dramatización de poemas, libros, cuentos, etc. ante el resto de compañeros y compañeras de la clase. Preparar recitaciones o lecturas para cursos pequeños que acuden a la biblioteca a escucharlos.
10. Favorecer los préstamos de bloques de libros de la biblioteca escolar para nutrir temporalmente las de aula y llevar así novedades a la clase; libros de lectura imaginativa o recreativa o libros de conocimiento sobre temas de ciencias naturales, historia, etc.


7.6. Acciones de sensibilización cultural y de participación de la comunidad escolar

   La biblioteca debe ser un lugar donde se potencia la cultura, donde se ofrecen pequeñas exposiciones de novedades, de materiales de prensa, de posters; donde se ofrece información diversa; la biblioteca debe ser generadora de múltiples hechos culturales de interés.

   Para ello, es necesario iniciar una serie de acciones como las siguientes:

1. Mantener en la biblioteca una cartelera actualizada con todas las noticias que se refieran a libros, lectura, escritores y escritoras, premios literarios, centenarios y cualquier hecho cultural.
2. Crear espacios para la exposición de publicaciones que se van haciendo en las clases: libritos de poesía, revistas de clase, monografías, etc. Mantener una sección en la biblioteca donde se archiven todas las publicaciones que se hacen en el colegio.
3. Realización de dosieres de prensa monográficos sobre autores de actualidad, sobre autores que son noticia por diversas razones, sobre noticias rescatadas de la prensa que hablen de libros, lectura, bibliotecas, escritores y escritoras, etc. Se dejarán expuestos en lugar visible para su lectura y consulta.
4. Realización de “semanas”, exposiciones, etc. desde la biblioteca escolar, convirtiéndola en un espacio dinámico que le haga merecedora de la consideración de lugar de alto interés para el alumnado y el profesorado del centro. Estas actividades podrán tener como punto de arranque la poesía, la ilustración, el cine, los cuentos, los viajes, los espacios naturales, la paz y la tolerancia, etc. En muchas ocasiones, el tratamiento ha de ser interdisciplinar: hay que leer, escribir, dibujar, colorear, imaginar y crear, aportar materiales diversos y de distintos temas. Estos montajes ayudan también a completar con materiales nuevos las secciones de la biblioteca, pues proponen reflexiones sobre si los fondos disponibles de un determinado tema son o no suficientes, están actualizados, etc. y abren el camino para nuevas compras. Se anima a padres y madres y al público en general a visitar las exposiciones e, incluso, pueden “alargar su vida” transportándolas a la biblioteca pública para hacer partícipes de nuestro trabajo a otras personas.
5. Realizar sesiones de cuentacuentos, echando mano de personal especializado, madres, abuelas y personal del colegio.
6. Mantener un espacio donde se presenten las novedades que se van incorporando a la biblioteca. Es éste importante capítulo de la incorporación periódica de novedades que vayan alimentando la biblioteca de sorpresas.
7. Colocar por diferentes lugares de la biblioteca “citas lectoras”, párrafos significativos de libros que hay en la biblioteca y que pueden servir de reclamo para que los escolares busquen el libro del que han sido sacadas y quieran leerlo.
8. Elaboración de posters utilizando fotografías sacadas de revistas y periódicos en las que se ven personas leyendo, con estanterías de libros detrás, con libros en las manos y que pueden servir como puntos de sensibilización hacia la lectura. En el poster escribiremos frases como “Cuando tantas personas leen, por algo será...” o “Todas estas personas tienen una biblioteca detrás, tú la tienes delante, ¡aprovéchala!”, etc.
9. Ofrecer una sección de libros para adultos, para el profesorado y para madres y padres, con el fin de que niños y niñas vean que también los mayores acuden a la biblioteca. El valor ejemplificador de esta práctica puede ser positivo.
10. Promover actividades de escritura que se divulguen: cuentos individuales ilustrados, libros de poesías, colaboraciones para las revistas del colegio, periódicos de aula, colaboraciones para suplementos escolares de algunos periódicos. La escritura y la lectura son actividades que estén estrechamente unidas.
11. Mantener un expositor de publicaciones periódicas donde se expongan para su lectura revistas escolares, revistas que se reciben como intercambio, revistas recibidas por suscripción. Tener un archivo de las mismas.
12. Intercambio y buena relación con las bibliotecas públicas e infantiles de la localidad. El préstamo interbibliotecario, especialmente desde la pública hacia la escolar y la posibilidad de que algunas acciones de la escolar se extiendan hasta la biblioteca pública, genera un ambiente positivo hacia el libro y la lectura.


Las actividades de animación a la lectura no deben presentarse de una forma aislada del currículo sino integrada en un proyecto lector del centro, consensuado y planificado por el profesorado. Una vez que se haya pensado en la necesidad de realizar determinadas actividades relacionadas con las líneas pedagógicas del centro se deberá acudir a las personas o empresas que puedan organizarlas y no al revés. Estas actuaciones aisladas, tales como encuentros con autores, mesas redondas, charlas, etc., no tienen un sentido pedagógico si no responden a una política lectora continuista y a un plan lector de centro.



7.6.1. La escritura

   Escritura y lectura deben caminar estrechamente unidas. Es posible que una lleve a la otra y viceversa. Por tanto, cuando hablamos de animación lectora no debemos perder de vista la invitación a que los chicos y chicas escriban. Comprometidos ya a estas alturas con la dinamización de la biblioteca, qué podemos hacer para estimular la escritura. No siempre podremos hacerlo desde la biblioteca escolar. Si lo hacemos desde la clase procuraremos que lo que allí produzcamos acabe en la biblioteca para que sea mirado y leído por todos los estudiantes que lo deseen.

   Señalamos algunas acciones que podemos llevar a cabo:

1. Confección de cuentos individuales o colectivos, en soportes distintos, de formas diferentes (troquelados, gigantes, mínimos).
2. Cuadernos de noticias. Diariamente, escribiremos en un cuaderno un resumen de la noticia que se trae a clase y que se comenta. Al final del curso, el cuaderno contendrá un interesante repertorio de notas de actualidad.
3. Diario de la clase. Cada semana, un encargado irá escribiendo un diario de los sucesos más notables y de las anécdotas que van ocurriendo en clase.
4. Revistas escolares de aula, de ciclo, de colegio que recojan las actividades más innovadoras y sugerentes para divulgarlas.
5. Confección de libritos con los recuerdos de los abuelos y abuelas o de los padres y madres. Los chicos y chicas hablan con ellos y luego redactan sus trabajos de investigación. La suma de todos los trabajos constituye una publicación de interés porque rescata y facilita el acceso (a través de su lectura) a otro tiempo, a otras vivencias, con protagonistas conocidos.
6. Libros de costumbres y folclore que recuperen informaciones sobre cómo se celebraban las fiestas populares, los juegos infantiles, el folclore oral, las creencias y supersticiones, los remedios caseros para curar enfermedades, la gastronomía popular etc. Con todo ese material podemos hacer sencillas publicaciones monográficas o podemos alimentar algunas páginas de las revistas del colegio.
7. Libros de viajes. Una salida al entorno, la excursión de fin de curso, una visita a un taller artesano, etc. dan para escribir sensaciones, descubrimientos, contar lo que se ha visto, lo que hemos escuchado, lo que se ha vivido y confeccionar un librito resumen, un librito recuerdo.
8. Libros de cuentos y leyendas. Los abuelos y abuelas contarán los cuentos y leyendas que ya les contaron a ellos y a ellas. Con todo lo recogido, bien organizado y cuidadosamente ilustrado, confeccionaremos uno o varios libros…





8. Coordinación Competencia Básica Lingüística

1)         Se elaborará una prueba semestral para evaluar el grado de habilidades en lecto-escritura, expresión oral y comprensión del alumnado con el ánimo de observar la evolución en las mismas. La información extraída de los mismos se pondrá en común y se marcarán directrices de actuación para paliar en la medida de lo posible las deficiencias y potenciar la lectura, el diálogo coherente y la participación ordenada.
2)         A partir de dichos datos se deberán de modificar las adaptaciones que del Plan Lector se encuentren recogidas en las Programaciones Didácticas en aquellos casos en que sea necesario.
3)         Conjuntamente con el departamento de orientación se valorará el grado de aplicación de las directrices y protocolos de actuación colegiados necesarios para la buena marcha del sistema. La omisión en dicha responsabilidad por parte de cualquier profesor de un equipo educativo podrá suponer la convocatoria de su RED correspondiente en cualquier momento del curso.
4)         Una vez obtenidos los resultados de las evaluaciones en lecto-escritura, expresión oral y comprensión del alumnado se cruzarán dichos datos con los obtenidos en las evaluaciones trimestrales, tanto individuales como colectivas, que de la competencia en Comunicación Lingüística de hagan. Se creará una comisión compuesta por cinco profesores y profesoras de diferentes departamentos que estudiará dicha información con el fin de valorar y ajustar las medidas de cada departamento, así como las medidas colegiadas en todo el centro y, en su caso, elevarán propuestas a la CCP. La comisión tendrá carácter rotatorio y sus miembros se irán alternando a lo largo de los trimestres. La primera será la encargada de elaborar las plantillas y directrices metodológicas de actuación, pautas que por otra parte podrán ser modificadas en las sucesivas reuniones.


8.1. La expresión oral como elemento fundamental del discurso elemental de clase

1)         Cada departamento valorará en su justa medida el grado de comprensión de los contenidos propios de la materia a través de preguntas o exposiciones de carácter oral donde el alumnado deba de exponer sus conocimientos en uno u otro tema. Se extraerá una nota puntual que pasará a formar parte de los datos referidos a la comunicación lingüística y utilizados para la calificación de esta competencia.
2)         Los datos anteriormente consignados pasarán a formar parte de los elementos de valoración de la competencia y por tanto deberán ser tenidos en cuenta para las posibles concreciones curriculares tratando de separar aquellos que se refieran a la comprensión de los meramente expresivos o argumentativos a los formales, dicción, entonación, etc.



EJEMPLO DEPLANTILLA PARA LA EVALUACIÓN DE LA
EXPRESIÓN ORAL






9. Evaluación del Plan Lector

El Plan Lector que aquí se muestra presenta varias líneas de actuación y por tanto la evaluación del mismo deberá de descansar en los diferentes niveles de concreción de sus diversos ámbitos.


1.      Valoración general de la adecuación de los objetivos a las necesidades del centro mediante una revisión continua de la adaptación del mismo a las demandas sociales y educativas del momento.        Será necesario elaborar un plan evaluador de seguimiento de la adecuación del Plan a las necesidades sociales reales y para eso se deberán de establecer y revisar éstas de manera también periódica.
2.      Evaluación docente del alumnado donde se especifiquen los niveles de las habilidades en lecto-escritura y comprensión del alumnado así como la adquisición de valores universales, espíritu crítico y hábitos de formación y estudio. Elaboración de tablas estadísticas para futuras revisiones con la intención de poder establecer los progresos o retrocesos académicos.
3.      Valoración de los logros conseguidos en el plan de animación a la lectura y difusión de los fondos: seguimiento, implicación del profesorado y del alumnado, información sobre los diferentes soportes informativos y los diferentes códigos, verbales, icónicos, sonoros y audiovisuales y los medios de comunicación específicos.
4.      Evaluación de los cambios y mejoras de los materiales informativos, de los temáticos, de los nuevos soportes y del fondo documental de la biblioteca. Supervisión del plan de recogida, selección, recuperación y transmisión de la información.
5.      Evaluación del plan de formación y animación a la lectura en el ámbito familiar.
6.      Supervisión de la inclusión de las directrices marcadas por el Plan Lector en las Programaciones Didácticas Integradas: uso activo e integrado de la biblioteca como fondo documental, plan de formación en la lectura y en códigos no textuales, presencia mayor o menor de la competencia comunicativa en la práctica docente, en los diseños curriculares, en la metodología del aula y en la evaluación de tareas. Presencia de la comunicación lingüística en los distintos tipos de currículo: formal, informal y no formal.
7.      Seguimiento de los planes de tutoría en lo tocante al trabajo sobre técnicas de estudio (por niveles educativos) y de tratamiento de la información.
8.      Evaluación del seguimiento de la Competencia Lingüística en la rutina diaria y su adecuación a las necesidades de cada momento.
9.      Evaluación del seguimiento de la expresión oral, dicción, argumentación, debate… como elemento fundamental del discurso elemental de clase.
10.     Evaluación del plan en el presupuesto (Comisión Económica – Consejo Escolar): gastos de inversión y gastos de mantenimiento.
Bibliografía:


  • Abelló, L. et. al., 2008, Diario de familia. Las competencias básicas y el currículum informal, Proyecto Atlántida, Madrid.
  • Botella Bonilla, E. et. Al. (coord.), Bibliotecas escolares, Ministerio de Educación.
  • Cómo organizar una Biblioteca Escolar. Aspectos técnicos y pedagógicos. Gobierno de Navarra Departamento de Educación y Cultura, 2000.
  • Coronas Mariano La biblioteca escolar. Un espacio para leer, escribir y aprender. Gobierno de Navarra Departamento de Educación y Cultura.
  • Luengo, F. y Bazo, P. (coord.), 2009, La práctica de la comunicación lingüística. Propuesta de trabajo y documentación para la mejora de la comunicación y las siete destrezas básicas, Proyecto Atlántida, Madrid.
  • H:\Biblioteca\Pautas para un proyecto de organización de bibliotecas escolares.htm







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